Ciudad de México.- Después de 15 años de ser chivo expiatorio del atentado en contra del futbolista paraguayo Salvador Cabañas, el gerente del BarBar Charly Cázares, dio su versión de la noche en que recibió un disparo en el inmueble quien en ese entonces jugaba para el equipo del América y que debido a su intervención dice “Yo le salvé la vida”.
De acuerdo con información de La Afición, Charly como lo conocen vivió el año más intenso de su vida al ser culpado de “tentativa de homicidio” por la agresión con arma de fuego que sufrió el futbolista por más de 12 meses, desde entonces sufrió una serie de injusticias con un sistema que busco chivos expiatorios para saciar a una opinión pública que reclamaba justicia.
Recordó que Cabañas era un cliente asiduo, aunque en sus primeras visitas le costó ganarse el reconocimiento de la gente encargada del ingreso al lugar. Por eso que tuviera que intervenir directo para dejarlo pasar, lo que dio pie a una amistad entre ambos.
Debido al proceso legal que siguió desde esa noche, Cázares no había revelado su versión de lo que ocurrió en el antro ubicado en la avenida Insurgentes Sur, pero ahora vio las condiciones para revelar su versión, de inicio, dijo que se seguían los protocolos de seguridad; por lo tanto, no se explica el ingreso del arma de fuego a las instalaciones del bar.
"Es un pleito de borrachos, no hubo nadie más que Cabañas, el señor de los baños y el JJ. Era un baño muy pequeño donde no pasaban dos personas al mismo tiempo y por ahí parece que fue un golpe de brazos donde el JJ le empieza a reclamar a Cabañas, uno prepotente y el otro quién sabe qué traería. Ahí es donde se enciende una chispa que puede terminar en dónde cambia tu vida en un segundo", rememoró
La detonación se dio, pero en el sitio no se escuchó nada por la música. El JJ bajó, se encaminó a la puerta de salida y se fue, mientras que la gente se mantenía en su normalidad. Cuando Charly Cázares subió al baño fue cuando todo cambió. Cabañas estaba consciente, hablaba con cierta normalidad mientras estaba tirado sobre el suelo, fue en ese momento que decidió encausarlo con la gente de seguridad al hablar a la patrulla y una ambulancia, los elementos de seguridad pública al llegar al lugar no acordonaron la zona, en lo que fue el inicio de múltiples fallas que acabaron por costarle a Cázares su libertad. "Yo hice todo, saqué a la gente", "Todos esos errores son graves", dijo.
"Quedaron esas cuentas que después se mataron. Eso fue algo que nos perjudicó como colaboradores. Estaba vivo, la ambulancia llegó a los 7 minutos u 8, la patrulla se va y las autoridades regresaron como una hora. Eso se fue enlodando, complicando. Se lo lleva la ambulancia. La esposa y yo determinamos irnos en la ambulancia. Yo siempre dijo que le salvé la vida a Cabañas, yo voy en la parte de adelante, escuchó que dicen 'vamos a Xoco', un hospital de gobierno, y le dijo 'oye, cómo crees, es un jugador del América, vámonos al Ángeles'. Esa determinación fue clave".
Pasó un año entre celdas, abogados y el temor de lo que pasaría con su vida, fue arraigado al igual que otras siete personas más entre ellas el señor del baño luego de ser detenido dentro del BarBar, mientras el presunto agresor José Jorge Balderas continuaba prófugo hasta el 18 de enero de 2022; su proceso se complicó porque e baño fue limpiado y no era localizada el arma utilizada por lo que daba a pensar que estaba vinculado.
Luego de casi 5 meses luchando por su vida, Salvador Cabañas fue dado de alta en mayo de ese 2010, su carrera futbolística terminó y acabó con secuelas evidentes, además de que la bala no le pudo ser retirada, por lo que vive con ella en la cabeza hasta estos días.
Intentó ser director técnico y solo llegó a ser auxiliar de algunos clubes en Paraguay y el Ascenso en México, el dinero, lujos y vida en la élite se acabaron, puso una panadería en su pueblo natal y volvió a casa con sus padres. De vez en cuando da conferencias sobre lo que le pasó y acude a diferentes juegos de leyendas en México y otros países de América Latina.
Fuente: Tribuna
