Houston, Estados Unidos.- Desde el NRG Stadium de Houston, se disputaron dos partidos. Uno lo ganó la Selección Mexicana por 2-1 contra Estados Unidos para coronarse en la Copa Oro. El otro, el verdaderamente importante para el espíritu nacional, lo ganó la afición mexicana por goleada en el campo de batalla de las redes sociales. Y es que el pitazo final no solo desató el júbilo por el bicampeonato; activó la maquinaria más eficiente y despiadada del país: la fábrica de memes.
El guion parecía escrito para el drama, pues apenas al minuto 4, un gol de Chris Richards nos regaló los primeros memes de la noche: aquellos de pánico y desolación. Vimos incontables versiones del perrito triste, del "ahora sí se viene lo chido" en tono irónico y de aficionados guardando prematuramente su bandera. Por un momento, el internet mexicano contuvo la respiración, esperando el momento para contraatacar.
La remontada comenzó con el golazo de Raúl Jiménez. El 'Lobo de Tepeji' no solo empató el marcador, sino que dio luz verde a la primera oleada de creatividad. Las imágenes de un lobo real aullando con la playera del tri inundaron las redes sociles, mientras otros desempolvaban el clásico meme de "¡Tranquilos, yo resuelvo!". La esperanza había vuelto, y con ella, la confianza para empezar a trollear al rival.
Pero la verdadera joya de la corona, el momento que será estudiado por los futuros arqueólogos, fue el gol de Edson Álvarez y su bendita validación por el VAR. El instante en que el gol fue anulado y luego concedido fue una montaña rusa emocional que se tradujo en arte puro. Vimos al VAR con sombrero y bigote, a "San VAR" con su veladora, y por supuesto, al Tío Sam pasando de la risa al llanto en un nanosegundo.
Los memes del "¿qué dijiste de mi México?" y las comparativas de la cara de los jugadores estadounidenses antes y después de la decisión del VAR se convirtieron en el pan nuestro de cada día. La victoria, en un contexto de tensiones sociales y redadas migratorias, sirvió como una catarsis colectiva. El humor fue el arma elegida. Clásicos como Speedy Gonzales dejando atrás a un frustrado Silvestre con la camiseta de las barras y las estrellas resurgieron con más fuerza que nunca.
La narrativa del "Gigante de la Concacaf" despertando para poner orden en su patio trasero dominó la conversación. Así, mientras Javier Aguirre cumplía su misión de devolverle la identidad al equipo, la afición cumplía con la suya: recordarle al mundo que, aunque el fútbol se gana con goles, las victorias más dulces se celebran con ingenio, humor y una galería de memes que ya es parte de la historia. El trofeo estará en una vitrina, pero estas joyas digitales vivirán para siempre en nuestros teléfonos.
Fuente: Tribuna
