Ciudad de México.- Con los recientes y constantes sismos que ha estado sufriendo la capital de México, cabe preguntarse si hay alguna explicación lógica para que tantos estén sucediendo y en tan poco tiempo. Los movimientos telúricos, son un fenómeno natural que en realidad ocurre a diario, no solo en este país sino en el mundo, sin embargo, a diferente escala y la gran mayoría de las veces imperceptibles.
Cabe destacar que la Ciudad de México es uno de los estados con mayor actividad sísmica en el territorio nacional y a la vez, donde han ocurrido los terremotos más catastróficos, mismos que han provocado la muerte de muchos, asimismo eventos similares han ocurrido en Guerrero, Hidalgo, Chiapas, Puebla y otras entidades. Los sismos más fuertes que han azotado a la capital ocurrieron en los meses de septiembre en los años 1957, 1985 y 2017.
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Es razón suficiente para que los capitalinos tomen precauciones este mes, tanto civiles como autoridades, a pesar de que los epicentros han sido en otros estados. Pero los hechos recientes parecen contradecir la percepción general, ya que al menos seis sismos con epicentro en alcaldías capitalinas se han registrado, aunque son de magnitudes menores a 4, pero sí han generado daños a inmuebles e incluso calles de CDMX.
Los microsismos de este mes sucedieron los 7, 12 y 14, mismos que han atraído dudas y teorías sobre cuál es la razón; hay que recordar que la ciudad se encuentra establecida en una región volcánico-tectónica que es propensa a generar sismos. Por otro lado, hay varias fallas geológicas en la ciudad, por ejemplo la Falla Mixhuca, Santa Catarina, Xochimilco y Contreras. El jefe del Servicio Sismológico Nacional (SNN), Arturo Iglesias Mendoza, explicó que esto se debe a una secuencia de enjambre sísmico.
Es decir, se está reactivando, ya que, en marzo y abril de este mismo año, comenzó a generar algunos fenómenos en el poniente de la Ciudad de México, específicamente en la zona de Plateros y Mixcoac. Precisó que lo que sucede es común, y que un enjambre es cuando hay varios sismos que tienen magnitudes parecidas.
“No necesariamente hay un sismo grande y luego réplicas, sino que a veces ocurren temblores de tamaños equivalentes y del mismo origen, que probablemente correspondan a la misma falla”, afirmó en una publicación de la UNAM.
Recordó que en la década de 1980 se registraron eventos similares en la misma región; lo que ha cambiado es la capacidad de registro que ahora se ha incrementado: "Es importante decir que desde hace un par de años tenemos en el país una red sísmica muy mejorada que compartimos con varias instituciones y que, gracias a un esfuerzo del gobierno de la Ciudad de México, ha logrado conjuntar muchos más datos que recibimos en tiempo real".
Fuente: Tribuna