Ciudad de México.- El Miércoles de Ceniza es una celebración religiosa que marca el inicio de la Cuaresma, un período de 40 días en el que se invita a la reflexión y penitencia que precede a la Semana Santa en la tradición cristiana. La fecha exacta del Miércoles de Ceniza varía cada año, ya que se calcula en función del calendario lunar y la Pascua. Ese día, los fieles devotos participan en una ceremonia donde se les pone ceniza en la frente en forma de cruz.
El origen de esta celebración se remonta a la antigua tradición judía de la colocación de ceniza como un signo de arrepentimiento y humildad. Los penitentes se cubrían de ceniza y vestían ropas ásperas como símbolo de su disposición a hacer penitencia y reconciliarse con Dios. La ceniza utilizada en esta tradición proviene de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior, que son quemadas y mezcladas con agua bendita.
Este año 2024, el Miércoles de Ceniza se festejará el próximo 14 de febrero. Se sabe que el término "Miércoles de Ceniza" se deriva del antiguo rito de la Iglesia católica en el que el sacerdote trazaba una cruz en la frente de los fieles con ceniza mientras pronunciaba las palabras bíblicas "Recuerda que eres polvo y al polvo volverás" (Génesis 3:19). Esta acción simboliza la fugacidad de la vida terrenal y la necesidad de arrepentirse de los pecados.
Asimismo, la Cuaresma, que comienza con el Miércoles de Ceniza, representa los 40 días que Jesús de Nazareth pasó en el desierto antes de comenzar con su vida pública. Durante este período, los fieles son llamados a la oración, el ayuno y la limosna como una forma de prepararse espiritualmente para la celebración de la resurrección de Jesús en la Semana Santa.
El simbolismo de la ceniza también se relaciona con la purificación y la renovación. A lo largo de la historia, diversas culturas han utilizado la ceniza como símbolo de limpieza y transformación. En el contexto del Miércoles de Ceniza, la ceniza actúa como un recordatorio de la fragilidad de la vida humana y la necesidad de buscar la reconciliación con Dios.
Fuente: Tribuna