Ciudad Obregón.- El 2 de julio del 2018, los rotativos de todos mostraban en sus primeras planas el mismo rostro; se trataba del de un hombre maduro con el pelo encanecido y que alzaba los brazos en señal de victoria. TRIBUNA no fue la excepción; se trataba de Andrés Manuel López Obrador.
El llamado 'Pejelargarto', antes de su tercera candidatura, arropado por una alianza de partidos bisagra como el Verde Ecologista y el del Trabajo, que si bien no compartían los mismos principios, sí los mismos intereses, sacar al Revolucionario Institucional de Los Pinos.
Anteriormente, en el 2000 y 2006, López Obrador había intentado llegar a la presidencia de México en dos ocasiones, cobijado bajo las siglas del Partido de la Revolución Democrática (PRD), dos derrotas que lo llevaron primero a tomar las calles del distrito federal y el zócalo capital y, seis años más tarde, a conformar un 'gobierno alterno'.
El prócer de la llamada Cuarta Transformación, el hombre que desde el día de su toma de protesta hizo un resumen o más bien lanzó una advertencia lapidaria de lo que sería su sexenio, esto tras acuñar una frase que más tarde sería objeto de comentarios, editoriales y columnas, pero sobre todo se convertiría en el sello de su sexenio.
"Me canso ganso", dijo el oriundo de Macuspana, Tabasco, durante su discurso de toma de protesta, una frase que la mayoría de los líderes de opinión interceptaron como el hecho de que el recientemente ungido presidente de la República impondría su voluntad a como diera lugar.
Durante su sexenio, López Obrador, además de coleccionar frases como aquella que distinguió a su gobierno en materia de combate a la delincuencia organizada, esa que versa 'abrazos no balazos', o 'más becarios menos sicarios', también se dio a la tarea de repartir culpas y justificar sus errores bajo el argumento de que todas las críticas que recibía y las desgracias o falta de resultado de su gobierno eran culpa de los gobiernos del pasado, a los que diariamente llamaba conservadores neoliberales y enemigos de la democracia.
El sexenio de López Obrador estuvo también marcado por polémicos casos de supuesta corrupción y, como botones de muestra, están el caso de su hermano Pío, su prima Felipe y su hijo Andrés. Hoy, a siete años de aquella histórica portada, López Obrador, según los analistas políticos que no comulgan con sus ideales, sigue gobernando el país a través de Claudia Sheinbaum Pardo.
Fuente: Tribuna del Yaqui
