Ciudad de México.- El reciente viaje de Andrés 'Andy' López Beltrán, hijo del expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a Japón, ha reavivado una pregunta recurrente en la opinión pública ¿a cuánto asciende y de dónde proviene la fortuna del segundo hijo del exmandatario mexicano? A diferencia de figuras públicas que transparentan su patrimonio, la fortuna de Andy López no es una cifra pública y verificable, sino un tema envuelto en especulación y serios señalamientos periodísticos.
Oficialmente, la principal fuente de ingresos conocida de Andrés López Beltrán es la empresa Chocolates Finca Rocío, un negocio familiar que fundó junto a sus hermanos. La empresa lleva el nombre de su madre, Rocío Beltrán Medina, fallecida en 2003, y se especializa en la producción de chocolate artesanal bajo el concepto "del árbol a la barra" en la finca que la familia posee en Tabasco. La marca ha ganado reconocimiento e incluso premios internacionales por la calidad de su producto, posicionándose como un emprendimiento legítimo y exitoso.
Sin embargo, analistas y críticos señalan que es poco probable que una empresa de este tipo, aunque próspera, pueda generar los ingresos necesarios para sostener un estilo de vida que incluye viajes de lujo a destinos como Japón. Aquí es donde la controversia se intensifica. La fortuna de Andy López ha sido objeto de una serie de reportajes de investigación, principalmente los publicados por el medio Latinus en su serie 'El Clan'.
Estos trabajos periodísticos alegan la existencia de una red de tráfico de influencias en la que Andy y sus hermanos, Gonzalo y José Ramón, serían figuras centrales. Según estos reportajes, amigos y socios cercanos a los hijos del expresidente Obrador habrían obtenido millonarios contratos gubernamentales en obras como el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas. El modus operandi, según las acusaciones, implicaría que empresas vinculadas al círculo cercano de los López Beltrán reciben contratos de manera preferencial, beneficiándose del poder político que tenía su padre.
Uno de los señalamientos más directos apunta a que Andy López Beltrán funge como un operador clave, influyendo en la asignación de contratos y gestionando los intereses de su red de amigos. El expresidente López Obrador ha desestimado sistemáticamente estas acusaciones, calificándolas de "calumnias" y ataques políticos orquestados por sus adversarios para dañar su imagen y la de su gobierno. Ha defendido la honestidad de sus hijos, afirmando que no son corruptos y que no tienen influencia en las decisiones del Gobierno.
Fuente: Tribuna
