Hong Kong.- Una niña de 5 años fue torturada hasta la muerte por su padre y su madrastra. Al momento de su muerte, la pequeña tenía al menos 130 heridas en su cuerpo, lo que desató indignación contra autoridades por no haber intervenido en el caso.
Incluso, la menor identificada como Chen Ruilin hizo un dibujo en el jardín de niños que mostraba las paredes y el piso llenos de sangre. La imagen mostrada en la Corte probaba la horrible tortura a la que fue sometida.
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El brutal dibujo, que se cree era un grito para pedir ayuda, muestra a un adulto parado en una casa con manchas rojas en el techo, además de "sangre" corriendo por las paredes y acumulándose en el piso.
Durante el terrible abuso, la niña fue lanzada por los aires y su cabeza se impactó contra el techo, dejándole heridas graves que fueron descubiertas cuando fue hospitalizada por última vez antes de morir.
Durante un mes, sus familiares, maestros y doctores testificaron sobre el brutal infierno que sufrió en su propia casa. Médicos le encontraron 130 heridas, entre nuevas y viejas, aparentemente provocadas por un bastón y un par de tijeras.
También sufrió años de otro tipo de torturas que la dejaron tan débil físicamente que no podía ni siquiera combatir una infección bacteriana.
El padre de la niña, Chen Haiping de 29 años, y su madrastra Huang Xiaotong de 30, fueron encontrados culpables por el asesinato de la menor. Ambos continuamente la golpeaban y la mataban de hambre hasta su muerte en enero del 2018.
La niña murió en el hospital poco después de llegar y una autopsia demostró que murió de una infección bacteriana que su sistema inmune no pudo combatir luego de tantos años de abuso físico.
El hermano de la víctima, de 8 años, también sufrió abuso y ahora es cuidado por su abuela paterna. La otra abuela de los niños, una mujer de 56 años que vivía con la familia, también fue encontrada culpable bajo dos cargos de crueldad infantil.
El 20 de abril todos recibirán su sentencia, la cual no incluye pena de muerte desde que Hong Kong la eliminó en 1993.
Fuente: The Sun