Merseyside, Inglaterra.- A principios de este mes de agosto, Katie Gill, de 31 años, una mujer considerada sana clínicamente perdió la vida pese a contar con la primera dosis de su vacuna contra el Covid-19.
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Los hechos ocurrieron en Merseyside, Inglaterra, cuando Katie fue ingresada en el Arrowe Park Hospital con problemas para respirar derivados del nuevo coronavirus, perdiendo la lucha contra esta enfermedad el 14 de agosto, dejando tras de sí a sus tres hijos, pequeños.
De acuerdo con información proporcionada por sus familiares ante los medios de comunicación, la salud de la joven se deterioró en cerca de 10 días, irónicamente falleció el mismo mes en el que se iba a aplicar la segunda vacuna.
Su familia la describe como una persona "adorable" que siempre fue muy cuidadosa con evitar aglomeraciones, además de acudir a su primera aplicación.
Era muy creativa y estaba muy interesada en las artes, su talento era increíble, pero su vida era su familia, vivía por ellos.
Katie fue una de los miles de personas que ha perdido la vida por el Covid-19, enfermedad que, desde la aparición de la variante Delta ha comenzado a azotar a la población menor de 50 años, específicamente.
Fuentes: Daily Mail