Haringey, Reino Unido.- Autoridades de Haringey, en Reino Unido, detuvieron a una pareja, identificada como Lauren Saint George y Darren Hurrell, de 25 años cada uno, por haberle a arrancado la vida a su hija, quien apenas tenía 10 semanas de edad cuando ocurrieron los acontecimientos. De acuerdo con las investigaciones policíacas, el hospital Infantil Great Ormond Street levantó una denuncia por negligencia infantil a estos sujetos, previamente, pero los trabajadores sociales demeritaron el caso y devolvieron a la niña a sus padres.
De acuerdo con algunos informes, la primera vez que la menor ingresó al nosocomio, fue el 25 de enero del 2018, cuando la pequeña, identificada como Lily Mai, fue llevada por sus padres porque presuntamente había dejado de respirar, en aquella ocasión el servicio médico logró reanimar a la pequeña, pero sospecharon que los padres de la menor la maltrataban, por lo que dieron aviso al departamento de trabajo social; sin embargo, ellos demeritaron el caso, por lo que la bebé tuvo que volver con sus progenitores.
Dos semanas después, la menor volvió a ser ingresada a emergencias, porque nuevamente no respondía. Según datos de los padres, Hurrell levantó a la niña de su cuna, pero en aquel momento su cabeza se venció hacía atrás y dejó de responder. La pareja le mencionó a los médicos que la bebé era prematura y que había nacido con anemia, por lo que estimaron que esta afección la había dejado inconsciente; sin embargo, los estudios revelaron otra cosa.
La bebé tenía severas lesiones en la cabeza, también contaba con 18 fracturas en las costillas y dos más en la pierna derecha, además de muchos hematomas graves en el resto del cuerpo. Si bien, lograron estabilizarla, conforme avanzaron las horas, la niña tuvo una segunda crisis, por lo que los médicos optaron por no rescatarla y declararla como muerta. Una vez que le realizaron una autopsia, descubrieron aun más detalles escalofriantes, como el hecho de que la menor tenía sangre en el cerebro. Actualmente, los padres de la pequeña se encuentra en prisión, mientras el juicio se desarrolla.
Fuentes: Tribuna