Ciudad de México.- En el complejo ecosistema de la defensa criminal de alto perfil en Estados Unidos, el nombre de Jeffrey Lichtman resuena con una mezcla de respeto y controversia. Con su bufete establecido en Nueva York, Lichtman se ha forjado una reputación como un litigante tenaz y meticuloso, especializado en casos que otros considerarían imposibles de ganar, particularmente aquellos relacionados con el crimen organizado y otras figuras internacionales.
Su ascenso a la fama legal se consolidó en 2005, cuando logró una hazaña que parecía improbable: la absolución de John Gotti Jr., hijo del afamado jefe de la familia criminal Gambino. Tras cuatro juicios por extorsión, los fiscales federales no pudieron conseguir una condena, un resultado que catapultó a Lichtman al estrellato de los abogados penalistas y definió su imagen como un defensor capaz de desmantelar los casos más sólidos de la Fiscalía.
Años más tarde, su perfil alcanzaría una dimensión global al integrar el equipo legal que defendió a Joaquín 'El Chapo' Guzmán. Aunque el juicio resultó en una sentencia de prisión, la estrategia de Lichtman fue notable por su agresividad, intentando sembrar dudas sobre la credibilidad de los testigos cooperantes y sugiriendo corrupción en altas esferas gubernamentales. Actualmente, Lichtman, de 60 años de edad, lidera la defensa de Ovidio Guzmán López.
El hijo de 'El Chapo' Guzmán fue extraditado a Estados Unidos para enfrentar cargos por narcotráfico. Fiel a su estilo, no ha limitado su defensa a los tribunales, pues recientemente, utilizó sus redes sociales para confrontar directamente a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum. Cuando la entonces candidata presidencial celebró la extradición de Ovidio como un triunfo de la "cero impunidad", Lichtman respondió con dureza.
En su mensaje, el abogado calificó la acción como una "sumisión" del Gobierno mexicano a los intereses de Estados Unidos, argumentando que México entregó a su cliente sin agotar los recursos legales disponibles, renunciando a su soberanía. Este episodio ilustra a la perfección su método: emplear la arena pública para construir una narrativa que cuestione la legitimidad y motivaciones de las autoridades, convirtiendo la defensa legal en una batalla mediática y política.
Fuente: Tribuna
