Washington, Estados Unidos.- En medio de la creciente tensión internacional por la guerra entre Ucrania y Rusia, el presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump, expresó su decepción con su homólogo ruso, Vladímir Putin. Sin embargo, dejó claro que aún mantiene la puerta abierta al diálogo para concluir este conflicto bélico que permanece activo desde hace más de tres años.
En una entrevista telefónica con la cadena BBC, el mandatario estadounidense declaró que está "decepcionado" con Putin, "pero no he terminado con él. Pero estoy decepcionado". Sus declaraciones se producen tras el anuncio de que su administración enviará armamento adicional a Ucrania, como parte de sus esfuerzos por presionar a Rusia para alcanzar un acuerdo de alto el fuego.
No obstante, este nuevo armamento correrá de parte de la Unión Europea (EU). Por otra parte, en su intervención con BBC, Trump advirtió que, si en un plazo de 50 días no se concreta un pacto, su gobierno impondrá aranceles severos al país euroasiático.
Trump plantea nuevas medidas contra Rusia si no hay alto el fuego en Ucrania
El presidente estadounidense detalló que mantiene comunicación con Putin y, aunque ha intentado construir una relación para poner fin al conflicto, el mandatario ruso no ha cedido. Trump relató que cuando cree estar cerca de un posible acuerdo, "entonces derriba un edificio en Kiev", lo que frustra cualquier avance diplomático.
En semanas recientes, Rusia ha intensificado sus ataques con drones y misiles contra diversas ciudades de Ucrania, complicando las gestiones para un eventual cese al fuego.
Trump también se refirió a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), reconociendo que ya no considera que la alianza sea obsoleta, como había manifestado anteriormente. Aseguró que cree en la defensa colectiva que ofrece el bloque, ya que permite a los países pequeños protegerse frente a potencias más grandes.
El conflicto en Ucrania y el giro en la postura de Trump hacia Rusia
Este nuevo posicionamiento del mandatario estadounidense representa un cambio significativo respecto a los primeros meses de su administración. Tras asumir el cargo el 20 de enero, Trump había mostrado disposición para establecer una relación constructiva con Putin, dejando fuera a Rusia de la lista de sancionados en la batería de restricciones económicas que anunció en abril para otras naciones.
El punto de quiebre en la relación entre ambos líderes habría sido una llamada telefónica sostenida el pasado 3 de julio, en la cual Putin reafirmó que no abandonará sus objetivos estratégicos en Ucrania. Esto provocó la molestia de Trump, quien a partir de entonces endureció su discurso y las medidas hacia Moscú.
Por el momento, no hay señales de una desescalada inmediata, y la presión internacional sobre Rusia continúa aumentando mientras el conflicto en Ucrania sigue activo.
Fuente: Tribuna
