CÉSAR TOVAR

División social 

Leviatán 

Columna de opinión de César Tovar Créditos: Tribuna
Escrito en OPINIÓN el

El sector primario del país está en pie de guerra contra el gobierno federal, al que acusan de olvido y maltrato tras paulatina eliminación de apoyos, programas y subsidios

Sonora y Sinaloa, dos de los estados más importantes en materia agrícola, tienen a buena parte de sus productores al borde del colapso, decididos a actuar con firmeza si la autoridad no atiende sus peticiones. 
Todo apunta a una rebelión en la granja. 

El caso ejemplifica perfectamente el quebranto social que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha provocado en México con sus afanes de centralizar y personificar el poder para, así monopolizar la toma de decisiones. 

No le interesa al presidente si una buena parte de la economía de Sonora y Sinaloa colapsa, como tampoco si la crisis provoca pérdidas de empleos, desabasto de granos o un malestar ciudadano. 

Al final, siempre tendrá la forma de excusarse o responsabilizar a un tercero si las cosas se tuercen. Lo único que acaricia es la posibilidad de, una vez más, ser aquel que marque la pauta, que manipule a su conveniencia los hechos y posea elementos para cooptar.

Porque, aunque los gobernadores de Sinaloa y Sonora han intercedido y promovido pláticas entre el gobierno federal y los productores agrícolas, al final se sabe que su injerencia en el tema terminará siendo testimonial.

Que los productores lleguen a obtener los precios de garantía que exigen, dependerá exclusivamente de un presidente que se frota las manos para que llegue el momento de imponer su voluntad, recordándoles que quien manda es él… y nadie más.

De República a México le queda poco con López Obrador al frente del Ejecutivo; por ello el sector productivo deberá considerar que si les responde favorablemente, la factura vendrá después y no será barata; el presidente bajo ninguna circunstancia pierde y cobrará con creces llegado el momento.

¿Vale la pena el movimiento? Un poco de análisis e introspección también vendría bien a un sector que se empeña en mantener las mismas prácticas año con año, pese a que el actual gobierno ya demostró con creces que no tiene interés en respaldarlo; incluso, hace esfuerzos por mermarlo. 

Hay que ser claros, el presidente sabe que la división social, el quebranto de las uniones le conviene; política y electoralmente le es relevante someter voluntades a costa de apoyos o subsidios, como en este caso. 

Pedirle es ensalzarlo y ofrecerle más razones para negarse. El resto está, entonces, en encontrar mejores caminos para obligar al sátrapa a actuar como debe y no como su estado de ánimo le dicta. 

@cmtovar