Lo simple de la narrativa del norte
“Rita usa tacones. Es una ejecutiva importante. Una mujer con clase. Está en la política es una
mujer de carrera. Era, porque Rita estuvo condenada a muerte desde que abordó”
Ana fuente La ley Campoamor
El pasado mes de agosto tuvimos la fortuna de recibir en la Hermosillo a dos escritoras oriundas o adoptadas por Baja California. La primera de ellas Elma Correa, quien presentó su cuentario Lo simple, obra ganadora del premio Ámparo Dávila del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura en el 2022. También, se contó con la visita de Ana Fuente, galardonada en el 2019 con el Premio Dolores Castro de Narrativa por La ley Campoamor, reflejando en ambos cuentarios que la literatura es un acto de resistencia. “Pobre Rox, asustada de que un hombre horrible entrara por la ventana, asustada de crecer para tener que casarse con un hombre no menos horrible que igual iba a dejarla para cruzar la frontera” inicia el cuento de Supernova de Elma Correa, con estas letras podemos ver reflejadas que la tinta de una mujer de frontera lleva también a pensar en si existe aún un sistema descentralista para la narrativa, sobre todo en cuestión de género.
Dicha conversación lleva a pensar en cómo se ha transformado la literatura del norte o si en realidad existe una “narrativa del desierto” propuesta por Gerardo Cornejo. A pesar de se toquen temas regionales, considero que hoy en día, varios escritores de Sonora y de otros estados fronterizos han logrado trascender aquellos “lugares comunes” que entre las décadas de los sesenta y setenta propusieron los autores chicanos. Sin embargo, en la década de los ochenta, mujeres como Gloria Anzaldúa con su antología de Esta puenta, mi espalda logró romper con el paradigma para hablar desde esa interseccionalidad, un concepto que incluso veinte años después del tan esperado milenio sigue creando controversias entre diferentes generaciones. El enfoque de la interseccionalidad va guiado a cómo el género, la etnia la clase o la orientación sexual se encuentran relacionados y la literatura contemporánea escrita por mujeres contiene una fuerte carga hacia esta resistencia.
Ahora, en el caso particular de Sonora, se encuentra Julia Melissa Rivas que logra combinar de manera excelente su formación en Artes Plásticas con la Literatura y, a pesar de que las presentes líneas, van dirigidas hacia la narrativa, no podemos dejar de lado la sensibilidad que Melissa Rivas refleja a lo amplio de su trayectoria como poeta, ya que fue la segunda mujer premiada en el género de poesía del Concurso del Libro Sonorense (CLS) el año pasado 2023 con su obra “Arqueología del Paraíso” próximamente a publicarse por el Instituto Sonorense de Cultura.
La lista e historia personal de la sororidad entre escritoras en este estado fronterizo es grande, pero no puedo dejar de mencionar a la querida Sylvia Arvizu, ganadora del Premio Interpenitenciario “José Revueltas” en 12 ocasiones y que también sigue dejando huella con sus crónicas en Las celdas rosas (CLS 2017) y Morir de tiricia y carcelazo (CLS 2021); así como mi confidente personal Selene Carolina Ramos quién además de ser galardonada en dos ocasiones de manera estatal con Love is Love o de cómo me ato las cintas (CLS 2018), Villa Paraíso (CLS 2021) este 2024 veremos publicados su faceta como poeta En el país de las mujeres enterradas, Premio Nacional de la Universidad de Campeche del 2023. Cómplices, escritoras, amigas, todo se resume en sus letras.
Mtra. Roxana Fragoso Carrillo
Roxana.fragoso@gmail.com
Fuentes:
Correa, Elma. Lo simple. INBAL (2023).
Fuente, Ana. La ley Campoamor. Premio Dolores Castro 2019. Nitro-Press (2023)