VIOLENCIA

Guerra interna del narco afecta el Norte de Sonora: Violencia sigue al alza

El conflicto entre grupos del mismo cártel en el estado de Sonora ha provocado una violencia sino inusual, al menos sí agudizada en las últimas semanas

Guerra interna del narco afecta el Norte de SonoraCréditos: Internet/Ilustrativa
Escrito en SEGURIDAD el

Cajeme, Sonora.- El cierre de año fue particularmente brutal para Sonora. La violencia no sólo se mantuvo, sino que se agudizó en varias regiones; a la masacre perpetuada en Cajeme la semana pasada, se le sumaron momentos de angustia y terror en varios municipios. La disputa por las rutas de tráfico de personas y de drogas puso al rojo vivo al norte de la entidad, subyugada por la brutalidad de las diferentes células de los cárteles que se disputan el control de los territorios.

Las fuerzas federales apostadas en las regiones no se dan abasto y, sencillamente, han sido rebasadas, como lo demuestran las acciones cada vez más impactantes realizadas por los criminales. Ya tenían días con avisos los grupos criminales, pero el día último del año, mientras la atención estaba centrada en las festividades, cerca del kilómetro 80 de la carretera federal 15, en un tramo entre Trincheras y Santa Ana, hubo un duro enfrentamiento entre dos células rivales.

Violencia en el Norte de Sonora va al alza. Foto: Internet

Ahí una familia resultó herida, incluyendo menores, quienes ya se recuperan de las lesiones; el caso ejemplifica que, en las carreteras y amplios espacios de la zona, el crimen organizado opera con gran libertad, lo que genera que los viajeros estén a merced de sus acciones. Los hechos ocurrieron muy cerca de la caseta de cobro, lugar teóricamente vigilado por fuerzas federales, que esta vez brillaron por su ausencia.

Derivado de ello, como se supo, el alcalde Francisco Avechuco suspendió los festejos de Año Nuevo, lo mismo que hicieron en Magdalena de Kino, también azotada por la violencia.

La zona

De acuerdo con información publicada por medios especializados, la disputa del norte del estado tiene varios puntos determinantes. Los datos, muchos de ellos revelados tras el hackeo de Guacamaya, citan que los puntos fundamentales son las fronteras: San Luis Río Colorado, Nogales, Sonoyta y Agua Prieta, principalmente, pero también lugares como Sásabe y Naco.

Para que la droga y los migrantes alcancen estos puntos fronterizos “es determinante controlar municipios y territorios intermedios, lo que lleva a los grupos criminales a enfrentarse”, dio una fuente federal estadounidense a Telemundo. Por ello es que Caborca - Pitiquito, siendo un punto fundamental que conecta con Sonoyta y Nogales, lleva un largo tiempo sufriendo por las rencillas de los cárteles antagónicos llevando las balas y la sangre hacia Altar, Oquitoa, Atil y Tubutama.

Del otro lado ocurre algo similar, pues Benjamín Hill (recordar el caso del hombre que fue quemado en la plaza principal en noviembre) y Santa Ana sufren también por las intenciones de los cárteles, sobre todo el segundo de ellos, ya que las movilizaciones que lo atraviesan provienen tanto del sur como del oeste. Los informes oficiales como de la prensa, sobre todo la estadounidense, detallan que mientras la ruta hacia Nogales es la más utilizada para el tráfico de drogas, sobre todo metanfetamina y fentanilo, la que va hacia Sonoyta lo es para el de personas.

La crisis que se vive en la región entre este municipio y Lukeville, donde decenas de miles de extranjeros indocumentados han quedado varados, da cuenta de ello.

La disputa

Toda violencia tiene un por qué. Que hoy los enfrentamientos en las carreteras y poblaciones se den con tal impunidad y constancia, se da “por el tamaño de los negocios que desarrollan estas organizaciones, porque hay mucho dinero y poder en juego”, explica Óscar Balderas, periodista especializado en el tema.

Conforme a los informes de inteligencia, el problema en Sonora se desató primero por la lucha directa del Cártel de Sinaloa contra el Cártel de Caborca, pero una vez menguado éste último, la situación se transformó por las guerras intestinas. Tras el rompimiento de los hijos de Joaquín “Chapo” Guzmán Loera con Ismael “Mayo” Zambada, el cártel sinaloense ha comenzado una disputa interna donde la muerte es la moneda común.

En el caso particular de Sonora, el problema en el norte está centrado en cuatro grupos que responden a los intereses de los citados capos. Las células que responden a los hijos de Guzmán Loera compiten a sangre y fuego contra las de los socios de Zambada, con el tráfico de drogas y de personas como principales intereses, sin menospreciar el tráfico de especies animales y el contrabando de armas y de precursores químicos.

Por ejemplo, cabe recordar que el pasado nueve de diciembre fue detenida una célula ligada a los Guzmán integrada por seis personas que operaban tanto al norte de Sonora como en Baja California, siendo su principal labor el secuestro de migrantes. Dos días antes, en Santa Ana, se viralizaron imágenes de hieleras con cuerpos humanos, aunque, sin duda, los peores acontecimientos han tenido qué ver con el involucramiento involuntario de ciudadanos, tanto mexicanos como extranjeros que han tenido la mala fortuna de estar en medio de una barbarie que subyuga a buena parte de Sonora.

Fuente: Tribuna