Tultepec, Estado de México.- El pasado 22 de enero comenzó lo que se convertiría en toda una pesadilla para Héctor Hernández, un veterinario que laboraba en Tultepec, Estado de México. De acuerdo con algunos informes, el profesional de la salud animal recibió a una perrita de raza Yorkshire, de 8 años de edad, identificada como ‘Mía’, la cual fue llevada a las instalaciones médicas debido a que traía un hueso atorado, de 3 centímetros, en el estómago.
Según lo dicho por las publicaciones que el propio Hernández realizó días más tarde, la perrita recibió un tratamiento que constaba de fluidoterapia, así como también indicó que se le realizaron las maniobras correspondientes, para luego proceder a aplicarle una dieta blanda; por desgracia, las medidas no lograron ser suficientes y la canina terminó por perder la vida derivado a un cuadro de complicaciones que presentó después.
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Esta situación no fue bien recibida por los dueños de ‘Mía’, quienes comenzaron una campaña de odio en contra de Hernández, argumentando que la perrita habría muerto por negligencia por parte del veterinario, quien refutó dichas declaraciones al asegurar que no habría sido culpa de él sino que la responsabilidad recae directamente en los dueños, quienes tardaron un tiempo considerable en decidir si la perrita entraría en cirugía o no.
“La negligencia no es por parte nuestra, la situación de exposición de ese acto es de los tutores al dejar de responsable a una menor de su mascota, se comentó todas las situaciones que podían presentarse durante y posterior al procedimiento de cirugía”, señaló el experto.
Las denuncias sociales no fueron suficientes para impedir que los dueños de ‘Mía’ continuaran con el acoso, puesto días después, la veterinaria fue parte de una extorsión por parte de los dueños de la Yorkshire, quienes exigieron una cantidad de 50 mil pesos a cambio de dejar el hostigamiento en contra de Héctor. El agresor argumentó que se encargaría de seguir con el acoso en honor de su la canina: “Por mi perra, por todos los gastos y que me digas qué fue lo que pasó con mi perra, no quiero choros, quiero realmente las cosas como fueron, porque no voy a parar voy a seguir y voy a seguir y voy a seguir”, insistió.
Las cosas escalaron a un nivel escalofriante cuando Hernández fue atacado con un arma punzocortante, en el costado, lo que derivó en su muerte prematura. Luego de trascendió la noticia, el gremio de Médicas y Médicos Veterinarios Zootecnistas de México emitieron un comunicado en el que se manifestaron consternados por la agresión hacia Héctor, por lo que exigieron justicia para él y, para de esta manera, evitar que algún otro colega sufriera de lo mismo.
Fuentes: Tribuna