Ciudad Obregón, Sonora.- Era una tarde cualquiera del 12 julio de 2022, cuando el joven José Manuel Castillo Velásquez escuchó los gritos de auxilio de una mujer que, al parecer bajo los efectos de las bebidas embriagantes, se introdujo a las aguas de la Laguna del Náinari para darse un “chapuzón”.
La fémina en cuestión, logró salir con vida, sin embargo el cantautor cajemense, que había ido en su rescate, falleció. La búsqueda de su cuerpo se extendió durante horas y ya entrada la noche el cuerpo de rescate acuático de bomberos recuperó su cuerpo sin vida.
Desde aquel trágico día, las autoridades municipales se comprometieron a instalar señalamientos, advirtiendo a todas aquellas personas que acostumbran visitar a la llamada ‘Novia de Cajeme’, que estaba prohibido bañarse en sus aguas y los peligros que representa introducirse a la laguna. A poco más de 18 meses de aquel lamentable suceso, una persona fue nuevamente sorprendida bañándose en el interior del mencionado lago artificial, esta ocasión, no hubo daños graves que lamentar.
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Tras tener conocimiento de lo ocurrido, TRIBUNA realizó un recorrido por el lugar para comprobar si en el perímetro de la laguna, existían efectivamente anuncios que alertaran a los visitantes, sobre los riesgos que corren al entrar a las tranquilas, pero traicioneras aguas del lugar. Durante esta visita se pudo comprobar que no existen tales avisos, ni se aprecia que las autoridades hayan colocado alguna medida preventiva para evitar futuras tragedias.
Otro “atractivo” en el que aseguraron serían colocadas medidas de seguridad, fue la troles que se ubican en el mismo sector, ahí, también se pudo comprobar que no existen medidas de seguridad, luego de que en un par de ocasiones un par de personas han intentado arrojarse del artefacto, al parecer con fines suicidas.
En conclusión, las medidas de seguridad y la vigilancia en dicho sector brillan pero por su ausencia.
Fuentes: Tribuna