Hermosillo, Sonora.- El señor Jorge Noé Zupo Duarte acaba de cumplir 95 años; ha dedicado casi toda su vida a la música. Y en este Día del Padre, TRIBUNA desea que la sociedad sonorense pueda conocer su historia de vida.
Nacido en un pueblo humilde en el municipio de Ures, desde niño creció rodeado de sonidos y melodías gracias a su padre, quien tocaba la trompeta y dirigía una orquesta local.
SU HISTORIA
Mi primer contacto con la música fue tocando la tambora, pero pronto me incliné por la trompeta, instrumento que me ha acompañado durante toda mi carrera y con el que desarrollé un estilo propio lleno de pasión y entrega”, contó.
Desde muy joven, el señor Zupo entendió que la música no solo era un pasatiempo, sino una forma de vida. Comenzó tocando en las bandas y orquestas locales, donde aprendió a interpretar la música tradicional mexicana, así como géneros populares que iban desde el mariachi hasta la música ranchera y boleros. Durante esos años, su dedicación era evidente; practicaba horas y asistía a cada presentación con entusiasmo, siempre buscando mejorar y perfeccionar su técnica.
La música también fue un camino para conectarme con la comunidad. Tocábamos en las fiestas patronales, en bodas, quinceañeras y en cantinas; mi trompeta se convertía en el alma del ambiente y eso me llenaba mucho de satisfacción”, comentó.
Con el paso del tiempo, don Jorge tuvo la fortuna de ver nacer, a principios de los años ochentas, a la Banda Sinfónica del Estado de Sonora, y además pudo compartir escenarios con figuras emblemáticas de la música mexicana, como Vicente Fernández, Javier Solís y Leo Dan, quienes lo inspiraron aún más a seguir cultivando su arte. Además de ser un músico consumado, don Jorge supo transmitir su pasión a sus ocho hijos, fruto de su matrimonio con la señora Elsa Jiménez Espinoza.
Con todos ellos, formó una orquesta familiar, en la que no solo compartían el talento, sino también la tradición y los valores que la música les había dado. Hoy, su historia es un testimonio de perseverancia y amor por la música. Zupo no solo es un músico reconocido, sino también un símbolo de la pasión que puede generar el arte.
Fuente: Tribuna
