Buenos Aires, Argentina. - Dos meses y medio después de la trágica muerte de Liam Payne, exintegrante de One Direction, las autoridades argentinas han procesado a cinco personas relacionadas con el caso, incluidas el presunto amigo cercano del cantante y empleados del hotel donde ocurrió el incidente.
Para quien no lo sepa, Payne, de 31 años, falleció el pasado 16 de octubre tras caer desde el balcón del tercer piso del Hotel Casa Sur, ubicado en el lujoso barrio de Palermo Soho en Buenos Aires. Según las investigaciones, el cantante tenía en su sistema alcohol, cocaína y un antidepresivo recetado al momento de su muerte.
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El día del incidente, el cantante asistió al concierto de su excompañero de banda, Niall Horan, y posteriormente regresó al hotel acompañado por varias personas. Según la fiscalía, Payne intentó trepar la barandilla del balcón antes de caer, aparentemente bajo los efectos de las sustancias.
Entre los imputados se encuentra Rogelio ‘Roger’ Nores, identificado como representante y amigo cercano de Payne, quien lo acompañó en su viaje a Buenos Aires. Inicialmente, el fiscal había solicitado que Nores fuera acusado de abandono de persona seguido de muerte, un delito grave que conlleva penas de cinco a 15 años de prisión. Sin embargo, fue procesado por homicidio negligente, al igual que otros acusados.
También enfrentan cargos Gilda Martin, gerente del Hotel Casa Sur, y Esteban Grassi, jefe de recepción. Según el juez Laura Bruniard, ambos contribuyeron a crear un entorno de riesgo al permitir que Payne fuese llevado a su habitación en evidente estado de ebriedad, sin garantizar medidas de seguridad adecuadas.
Además, dos empleados del hotel, Braian Paiz y Ezequiel Pereyra, fueron acusados de suministrar cocaína a Payne en dos ocasiones los días 15 y 16 de octubre, por lo que ambos permanecen bajo custodia.
El juez Bruniard explicó que Martin y Grassi debieron haber actuado para proteger la seguridad del cantante. “Lo correcto era dejarlo en un lugar seguro y con compañía hasta que llegara un médico. Sin embargo, fue llevado a una habitación con balcón, lo que resultó en un riesgo inaceptable para su vida”, señaló.
Por su parte, Nores negó cualquier implicación en la muerte de Payne, afirmando: “Nunca lo abandoné. Estuve en el hotel tres veces ese día y me fui 40 minutos antes de que esto ocurriera. Jamás imaginé que algo así pudiera suceder”.
Lo cierto es que la muerte de Payne conmocionó a la industria musical y a millones de fanáticos en todo el mundo. El cantante, que había enfrentado problemas de salud mental en el pasado, estaba en Buenos Aires gestionando su visa estadounidense.
Los abogados de los acusados tienen la oportunidad de apelar el procesamiento antes de que se inicie un juicio, dependiendo de las pruebas presentadas por el fiscal Andrés Esteban Madrea, quien dirige la investigación.
Mientras tanto, los seguidores de Payne han expresado su consternación y tristeza, exigiendo justicia por la trágica pérdida de una de las figuras más queridas de la música pop contemporánea.
Fuente: Tribuna