Ciudad Obregón, Sonora.- Quebranto económico, limitación de cultivos e incertidumbre en precios de garantía, son algunos de los factores que desmotivan a los productores del sur de Sonora para sembrar, y es que de las hectáreas destinadas para el actual ciclo agrícola, sólo se han solicitado el 25 por ciento.
El presidente del Distrito de Riego del Río Yaqui (DRRY), Luis Cruz Carrillo, informó que ante la falta de recurso hídrico en el sistema de presas del Río Yaqui, el cual abastece de agua para riego del 80 por ciento del Valle del Yaqui, solo han autorizado cultivos con agua de pozo, lo cual permite un área de siembra de máximo 66 mil hectáreas, de las cuales al cierre de octubre se han otorgado permisos para alrededor de 17 mil hectáreas.
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Mario Pablos Domínguez, expuso que ante la incertidumbre que se tiene en relación a créditos rurales, utilidades de los cultivos y actual descapitalización principalmente de los medianos y pequeños propietarios, al arriesgarse a sembrar en estas condiciones pudiera significar una pérdida económica, que sumado a los dos últimos ciclos agrícolas donde no se han tenido buenos resultados, ante la problemática de contingencia económica, significaría el abandono permanente de su labor.
Hay desánimo del productor de la actividad agrícola, al vender sus cosechas, les ha traído un quebrante económico, pérdida económica. Entonces, esa desmotivación, ese perjuicio económico, trae que al gremio, tanto ejidatarios, como colonos y pequeños propietarios, les sea difícil tomar una decisión, pues es hacer la inversión de algún recurso que le quedaba como utilidad, sin contar los adeudos adquiridos”, señaló el representante de Aric Tres Valles.
Detalló que actualmente muchos productores continúan realizando acuerdos por deudas contraídas el ciclo pasado, como el caso de los fleteros, quienes están aceptando el dividir la deuda en pagos mensuales sin intereses, pero la actual sequía, que deriva en una parcial parálisis productiva, no permite generar ingresos que puedan ayudar a contar con ese capital.
Se habla de 150 mil hectáreas aquí en el Valle del Yaqui, más las que se suman en el Valle del Mayo. Y posiblemente el proyecto de plan de riegos de 66 mil hectáreas pueda quedar abajo. Aún no llegan a 18 mil hectáreas con permisos, el desánimo está, sí es una problemática difícil y complicada que ocupa la atención del Gobierno Federal con políticas de precios de garantía y esquemas de apoyo que vengan a ayudar en la problemática que hemos planteado ya desde hace dos años en el Consejo Estatal para el Desarrollo Sustentable”, declaró.
Por lo anterior, los productores han tenido reuniones con funcionarios estatales y federales a fin de exponer la urgencia de acciones para mitigar la problemática, tal es el caso de precios de garantía en cultivos de baja demanda de agua, así como apoyos económicos que permitan a los productores subsistir, además de empleos temporales para los jornales y rastreos a fin de mantener las condiciones sanitarias de los campos de siembra que no tendrán cultivos en este ciclo agrícola.
Los apoyos no se requieren para dentro de siete u ocho meses, la canasta en la familia ya está escaseando y los problemas van a llegar en dos o tres meses más adelante, van a comenzar los robos, porque cuando está desesperada la gente por el hambre de la familia es cuando empiezan los problemas”, expresó el ejidatario Juan de Dios Perales.
Fuera de la actividad a 70 por ciento de productores
El limitado ciclo 2024-2025 por la falta de agua en la zona sur del estado, limitando la superficie para siembra a cerca de 60 mil hectáreas, dejan fuera de posibilidad de siembra a aproximadamente el 70 por ciento de productores en el sur del estado, informó Pablos Domínguez.
Añadió que a lo anterior se suma la falta de apoyo gubernamental, como precios de garantía y políticas de asistencia, lo cual agrava la situación, provocando un impacto negativo en las comunidades rurales, que podrían experimentar emigración y venta de propiedades.
Hace 20 años, en el ciclo de 2003-2004 cuando también fue la sequía, ese impacto fue también catastrófico, pero hubo, en su momento, políticas que trajeron apoyos a los productores y es uno de los puntos que se está planteado a la autoridad. Existía el Procampo, 900 pesos de apoyo por hectárea y en ese año se le dio al dueño de la parcela como un recurso para que tuviera liquidez y pudiera pasar la temporada que venía en esa época”, explicó Pablos Domínguez.
Fuente: Tribuna