Monterrey, México.- Desde que Juan Reynoso tomó al Cruz Azul, no había existido un equipo que lo superara como lo hizo Monterrey en el juego de ida por las semifinales de la Liga de Campeones de la Concacaf.
Pero aún con el dominio, con tantas llegadas a gol que tuvo el cuadro dirigido por Javier Aguirre, a los Rayados solo les alcanzó para ganar 1-0, dejando la serie abierta para la vuelta, que se realizará en un mes.
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Los regios comenzaron como una verdadera tromba en el campo, ganando al 100 por ciento la media cancha y generando varias opciones de peligro sobre el arco del novato Andrés Gudiño. Cuando cayó el gol de Maxi Meza (8’), parecía que se vendría la noche para los cementeros, que tomaron aire gracias al guardameta, quien sacó mínimo dos remates cuando ya se gritaba gol.
Al paso del tiempo, Cruz Azul superó el vendaval rayado y hasta generó varias opciones de gol; no muy claras, pero ya levantando la cara. Fácilmente, La Máquina tuvo dos para celebrar, pero el portero Esteban Andrada estuvo atento, al igual que la defensa regia con buenos cruces.
En la segunda parte, Monterrey volvió a tomar aire, siguió jugando fuera del área cementera y las acciones de peligro se presentaron.
Cruz Azul fue por su resto, entraron Santiago Giménez y Bryan Angulo, tratando de empatar al final del juego, pero de la misma forma conformándose con la desventaja de un gol, pues se sabe bien que las series a ida y vuelta pueden reescribirse.
Es verdad, La Máquina cayó, fue superada de principio a fin en la cancha, pero solo sucumbió por un gol, un tanto del que muy bien puede recuperarse en la vuelta, a celebrarse en la cancha del Estadio Azteca.
Fuente: Agencia El Universal