Londres, Inglaterra.- La pregunta era inevitable. En su primera conferencia de prensa como recién nombrado entrenador de Inglaterra, se le preguntó el miércoles a Thomas Tuchel, un alemán, qué mensaje tenía para los fanáticos que hubieran preferido a un inglés a cargo de su amada selección nacional.
“Lo siento, solo tengo un pasaporte alemán”, dijo entre risas, y continuó profesando su amor por el futbol inglés y el país en sí. “Haré todo lo posible para mostrar respeto a este papel y a este país”.
Te podría interesar
La rivalidad futbolística entre Inglaterra y Alemania es profunda y es probable que el pasaporte de Tuchel sea utilizado en su contra si no ofrece resultados para una nación que no ha levantado un trofeo masculino desde 1966.
Pero su nombramiento como el tercer entrenador extranjero de Inglaterra muestra que, cada vez más, incluso los principales países del deporte están abandonando la creencia de que el equipo nacional debe ser dirigido por uno de los suyos.
Cuatro de los nueve mejores equipos en el ranking mundial de la FIFA ahora tienen entrenadores extranjeros.
Incluso en Alemania, cuatro veces ganadora de la Copa del Mundo que nunca ha tenido un entrenador extranjero, candidatos como el holandés Louis van Gaal y el austriaco Oliver Glasner eran considerados serios contendientes para el puesto principal antes de que la federación de futbol del país se decidiera el año pasado por Julian Nagelsmann, quien es alemán.
Producto nacional
Si bien los entrenadores extranjeros a menudo se encuentran en países más pequeños y en los que están más abajo en la clasificación mundial, siguen siendo una rareza entre las potencias tradicionales del juego.
Italia, otro cuatro veces campeón del mundo, solo ha tenido italianos al mando. Todos los entrenadores de España en su historia actual han sido de nacionalidad española. Brasil, cinco veces campeón del mundo, ha tenido solo brasileños a cargo desde 1965, y Francia, dos veces campeona del mundo, solo franceses desde 1975.
Y sigue siendo el caso de que todos los equipos ganadores de la Copa del Mundo, desde el primer torneo en 1930, han sido dirigidos por un nativo de ese país. La situación es similar para la Copa del Mundo femenina, que nunca ha sido ganada por un equipo con un entrenador extranjero, aunque Jill Ellis, quien llevó a Estados Unidos a dos trofeos, es una ciudadana estadounidense naturalizada nacida en Inglaterra.
Sin prejuicios
En la Eurocopa de este año, cinco de los entrenadores eran de Italia y el entrenador ganador fue Luis de la Fuente, quien ascendió a la selección absoluta de España después de estar a cargo de las selecciones juveniles.
Portugal miró por primera vez fuera de sus propias fronteras o de Brasil, con el que tiene lazos históricos, cuando nombró al español Roberto Martínez como seleccionador nacional el año pasado. También el año pasado, Brasil intentó, y finalmente fracasó, cortejar al entrenador italiano del Real Madrid, Carlo Ancelotti, y el presidente de la federación brasileña de futbol, Ednaldo Rodrigues, dijo: “No importa si es un extranjero o un brasileño, no hay prejuicios sobre la nacionalidad”.
Estados Unidos ha tenido una larga lista de entrenadores extranjeros antes de Mauricio Pochettino, el exentrenador argentino del Chelsea que asumió el cargo de entrenador en jefe masculino este año.
La Asociación Inglesa de Futbol ciertamente no tuvo reparos en convertir a Tuchel en el tercer entrenador nacido en el extranjero de la selección nacional, después del sueco Sven-Goran Eriksson (2001-06) y el italiano Fabio Capello (2008-12), simplemente creyendo que era el mejor entrenador disponible en el mercado.
A diferencia de Eriksson y Capello, Tuchel al menos tenía experiencia previa de trabajo en el futbol inglés -ganó la Liga de Campeones en un período de 18 meses con el Chelsea- y también habla mejor inglés.
Sin embargo, eso no satisfará a todos los detractores.
“Espero poder convencerlos y mostrarles y demostrarles que estoy orgulloso de ser el entrenador inglés”, dijo Tuchel.
Fuente: Tribuna