Kansas, Estados Unidos.- El gélido encuentro de playoffs entre los Kansas City Chiefs y los Miami Dolphins en el Arrowhead Stadium tuvieron consecuencias desafortunadas para algunos de los aficionados que asistieron con la esperanza de pasar un momento de diversión apoyando a su equipo en la National Football League (NFL), pues tuvieron que someterse a amputaciones al sufrir congelamiento
De acuerdo con un comunicado del Research Medical Center se dio tratamiento a docenas de personas que habían sufrido congelación durante una ola de frío de 11 días en enero de los cuales doce, que incluían a algunos de los presentes en el partido de Kansas, tuvieron que someterse a amputaciones de dedos de pies y manos. Además, según la agencia AP, el hospital indicó que se esperan más cirugías.
Por su parte, el hospital de la Universidad de Kansas también indicó que trató a pacientes de congelación tras partido. Afortunadamente en estos casos no se requirió amputación alguna. Y es que las condiciones del juego eran complicadas, pues se vivieron temperaturas muy bajas que llegaron hasta los menos 20 grados centígrados, más las ráfagas de viento que provocaron una sensación térmica de menos 27.
Las imágenes de Andy Reid con el mostacho congelado dieron la vuelta al mundo y en las tribunas se podía ver a los aficionados completamente tapados con gruesos abrigos. De hecho se trató de partido más frío en la historia del estadio para dar cuenta de la temperatura sin precedentes. El Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos había advirtió sobre vientos helados y considerados "peligrosamente fríos", pero eso no impidió el desarrollo del juego.
Pese a que a los fanáticos se les permitió entrar al estadio con cobijas térmicas y trozos de cartón para colocarlos bajo sus pies esas medidas no fueron suficientes al parecer en muchos casos. Hasta el momento el equipo campeón de la NFL no se ha pronunciado al respecto sobre este tema y se desconoce si los fans recibirán algún tipo de apoyo por parte del conjunto o de la liga estadounidense.
Fuente: Tribuna