Ciudad de México. - Lamentablemente el fútbol mexicano perdió a una de sus figuras más emblemáticas. Alberto Onofre, icónico mediocampista de las Chivas del Guadalajara y una de las grandes promesas de la selección nacional para el Mundial de México 1970, falleció este jueves 9 de enero a los 77 años. El club rojiblanco, conocido como el Rebaño Sagrado, confirmó la noticia mediante un comunicado difundido en sus redes sociales, generando una ola de pesar en el mundo del deporte.
Onofre será recordado no solo por su talento excepcional en el campo, sino también por el trágico giro que marcó su carrera. En la antesala del Mundial de 1970, cuando todo indicaba que el joven mediocampista de 22 años se convertiría en la figura destacada del Tri, una lesión devastadora cambió su destino. Durante un entrenamiento interescuadras el 27 de mayo de 1970, apenas cuatro días antes del inicio del torneo, Onofre resbaló bajo la lluvia y chocó accidentalmente con su compañero y amigo José Manuel Alejándrez. El resultado fue una fractura de tibia y peroné en su pierna izquierda, que lo dejó fuera del Mundial y truncó las grandes expectativas que el país había depositado en él.
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La lesión marcó un antes y un después en su vida, pero también dio paso a una leyenda que sigue viva en la memoria del fútbol mexicano. En un gesto que encapsula su pasión y compromiso, se dice que Onofre insistió en ser operado con la camiseta verde de la selección puesta. Los médicos accedieron, y esa imagen del jugador aferrado a los colores nacionales quedó grabada en la historia.
Hay que señalar que, pese a este duro golpe, Alberto Onofre regresó a las canchas y continuó su carrera con las Chivas, dejando una huella imborrable tanto en el equipo como en la afición rojiblanca. Su habilidad, técnica y visión de juego lo convirtieron en uno de los jugadores más admirados de su generación, consolidándose como un ejemplo de resiliencia y pasión por el deporte.
La noticia de su fallecimiento ha provocado una oleada de reacciones en redes sociales. Aficionados, excompañeros y figuras del deporte han expresado su pesar y admiración por Onofre. “Hoy despedimos a un grande que siempre llevó los colores de Chivas y de México con orgullo. Gracias por todo, Alberto Onofre”, se lee en uno de los tantos mensajes que han inundado las plataformas digitales.
El legado de Alberto Onofre trasciende las estadísticas y los trofeos. Su historia es un recordatorio de que la grandeza de un jugador no solo se mide en lo que logra dentro del campo, sino en el impacto que deja en el corazón de los aficionados. Onofre no solo fue un referente del fútbol mexicano, sino también un ejemplo de cómo enfrentar las adversidades con dignidad y fortaleza.
Hoy, el fútbol mexicano está de luto. Sin embargo, la memoria de Alberto Onofre permanecerá viva en los relatos de su pasión, su talento y su inquebrantable amor por el deporte que lo convirtió en leyenda. Descanse en paz.
Fuente: Tribuna Sonora