Nueva York, Estados Unidos.- Casi todos los encuentros disputados durante el pasado Mundial de Clubes de la FIFA en los Estados Unidos tuvieron un factor en común: el sofocante calor que imperó sobre el terreno de juego y que ya envía una alerta para lo que se viene el año próximo.
Y es que precisamente este clima caluroso que impera durante el verano es el que se sentirá a partir del 11 de junio de 2026, cuando comience a rodar el balón en la próxima Copa del Mundo en estos estadios, además de los de México y Canadá.
A medida que la temperatura continúa aumentando en todo el planeta, los científicos lanzan advertencias sobre organizar la Copa del Mundo y otros torneos de futbol durante el verano en el hemisferio norte, lo cual se está volviendo cada vez más peligroso, tanto para los jugadores como para los aficionados asistentes a los estadios.
Es por eso que más de uno señala que el organismo rector del balompié, la FIFA, debería plantearse un ajuste en los calendarios para reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con el calor.
Algunos, como el profesor Piers Forster, director del Centro Priestley para el Futuro del Clima en Leeds, Inglaterra, afirman que conforme avancen los años, los riesgos serán mayores si no se toman medidas drásticas, como jugar durante los meses de invierno o en otras latitudes con clima frío.
Antecedentes
La tradición de celebrar la Copa del Mundo durante junio y julio tiene sus orígenes en 1930, cuando se realizó la primera edición de este evento en Uruguay.
A partir de entonces, el periodo de tres meses de competencias del Mundial de junio a agosto ha visto un incremento en la temperatura de 1.05 grados Celsius, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), mientras que en el continente europeo el incremento ha sido mayor (1.81 Celsius).
Es por eso que los científicos aseguran que el clima es un factor que se debe tomar muy seriamente en cuenta al momento de practicar una disciplina de alta intensidad al aire libre, como el futbol.
La climatóloga Friederike Otto, del Imperial College de Londres, dice que "si se quiere jugar al futbol durante 10 horas al día, esto tendrá que ser durante las primeras horas de la mañana o las últimas de la noche; si no quieres que los jugadores y los aficionados mueran de insolación o se enfermen gravemente de agotamiento por calor".
Adaptación
Durante el pasado Mundial de Clubes, el calor extremo y las tormentas tuvieron un impacto creciente, y aunque la FIFA implementó un protocolo para incluir descansos adicionales en el juego, más agua en el campo y enfriar los banquillos de los equipos con ventiladores de aire y más sombra, queda mucho por hacer.
Gianni Infantino, presidente de la FIFA, habló sobre las preocupaciones por el calor, diciendo que varios de los estadios de la Copa del Mundo que están cubiertos se usarán para juegos diurnos el próximo año en Norteamérica.
Y el desafío podría incrementarse para la próxima edición de la Copa del Mundo en 2030, ya que los países organizadores, España, Portugal y Marruecos, ya han visto aumentar las temperaturas por encima de los 40 grados Celsius este verano. Así que es probable que cuándo y dónde programar la Copa del Mundo y otros eventos deportivos al aire libre se vuelva más apremiante a medida que el mundo continúa calentándose.
Fuente: Tribuna
