Ciudad Obregón, Sonora.- Santo y Blue Demon son, sin duda alguna, los luchadores más representativos a nivel mundial dentro de la lucha libre mexicana, pero en las últimas cinco décadas, un enmascarado de más de 1.80 metros de altura y un físico impresionante se ganó el privilegio de unirse a esta mesa de los más grandes.
Se trata del gran Canek, quien después de muchos años pisó tierras sonorenses como parte de su gira de despedida y habló en exclusiva para TRIBUNA. "Es un placer visitar Sonora y recordar las añoranzas de cuando venía a esta tierra tan bonita; hacíamos giras aquí hace muchos años y nos iba muy bien. El público de Sonora se caracteriza por ser muy hermoso", declaró.
El adiós se acerca
Por más de cinco décadas, el 'Príncipe Maya' se ha encargado de poner la bandera de México en lo más alto y llenar cada una de las arenas en las que se presenta y, aunque todavía se entrega al 100 por ciento en sus combates, la leyenda del pancracio está consciente de que su retiro está muy cerca.
Tengo cinco décadas en la lucha libre, empecé en el año 75 y hasta la fecha seguimos; estoy consciente de que tiene que llegar el retiro. Pero mientras el público no deje de ir a verme y estar conmigo, pues yo estaré entregándome. El aplauso es el alimento de uno, no cambio por nada todo el cariño que me tienen".
Carrera de leyenda
Entre las grandes credenciales que tiene el nacido en Tabasco está que conquistó 15 veces el Campeonato Mundial Peso Pesado de la UWA, pero es mayormente recordado por ser de los pocos luchadores mexicanos que ha medido fuerzas ante verdaderas estrellas del wrestling.
Uno de sus momentos más impoortante fue cuando en 1980 Canek cargó y levantó a uno de los luchadores de mayor peso en la historia de este deport el gran André el Gigante. Este movimiento catapultó al mexicano a la fama internacional y se convirtió en un inmortal. "André el Gigante fue uno de mis mejores rivales, por la estatura y el peso, pero jamás me achiqué, me puse al tú por tú. Demostramos que en México hay buenos luchadores".
Por otra parte, igualmente, 'El Jefe Supremo' fue el responsable de darle la bienvenida a Hulk Hogan en 1984 en el Toreo de Cuatro Caminos, en un duelo de monarca contra campeón. Al igual que con André, el tricolor pudo levantar al monarca de la WWF y estrella de la WWE.
Sus grandes hazañas también le valieron presentarse en diferentes partes del mundo como: Estados Unidos, Japón, Europa y Asia. Además, dentro de sus vitrinas se encuentran las máscaras que le ganó a Universo 2000 y Blue Blazer.
"Le doy gracias a Dios, mis padres, mi familia y a todas las personas que hicieron posible que estuviera aquí. Muchos compañeros también me arroparon. Siempre tuve una meta, nunca me rendí, afortunadamente lo logramos; yo pensaba ser estrella, pero jamás imaginé que llegaría a lo que somos hoy en día", dijo en entrevista.
La verdadera lucha libre mexicana
Con años dentro del deporte del pancracio, Canek ha visto pasar diferentes generaciones arriba del ring y la evaluación que ha tenido la lucha libre en el país. Actualmente, las acrobacias y los grandes lances son el sello característico del enmascarado mexicano, pero para el ídolo del Toreo de Cuatro Caminos, la verdadera esencia de la lucha libre mexicana es la de antaño, donde predominaban las llaves y el ras de lona.
"La lucha de antaño era la verdadera lucha; sí, los lances son bonitos, pero yo no soy ave para andar volando. Queda poco de la esencia de la lucha; sigue siendo un espectáculo; por ejemplo, en Estados Unidos son más actores que luchadores y aquí en México somos lucha libre profesional, deporte espectáculo", puntualizó Canek.
Fuente: Tribuna del Yaqui
