Dramática bienvenida: Nieta de la Reina Isabel II toma drástica decisión por problemas

Reino Unido.- Ni en la realeza hay partos libres de problemas, pues hace poco Zara Tindall, nieta de la Reina Isabel II, le dio una dramática bienvenida a su tercer hijo con Mike Tindall, Lucas Philip Tindall, pues tuvieron que tomar una drástica medida de última hora. 

Este miércoles 24 de marzo, el exjugador de rugby confesó en su podcast The Good, The Bad y The Rugby, que el pasado domingo 21 de marzo se convirtió en padre por tercera ocasión de un sano varón, al cual llamaron Philip en honor al Príncipe Felipe de Edimburgo, quien hace poco fue operado del corazón y en junio cumplirá 100 años.

La pareja de Zara, Mike, dijo que su pequeño nació con un peso de alrededor de tres kilos, afortunadamente sano y con unos bisabuelos deseosos de conocerlo en cuanto las restricciones por Covid-19 lo permitan.

La reina y el duque de Edimburgo están encantados con la noticia y esperan conocer a su décimo bisnieto cuando las circunstancias lo permitan", dice el comunicado del Palacio de Buckingham.

El yerno de la Princesa Ana, hija de Isabel II, señaló que al ser un hombre la fábrica se cerraba, sin embargo, la alegría del nacimiento estuvo empañada por los problemas que se presentaron, que aunque no fueron de salud, pusieron mucha tensión en la pareja. 

Tindall relató que las contracciones comenzaron en la noche, pero fue tan rápido todo el proceso del parto que no iban a poder llegar a un hospital, así que se vieron en una encrucijada entre su deseo de llegar al hospital y las contracciones tan seguidas, pero afortunadamente su partera estaba cerca del hogar y una amiga de Zara presente. 

Por lo que de inmediato decidieron que el parto fuera en el baño, así que tomaron una colchoneta del gimnasio de su hogar, toallas en el suelo y todo lo que necesitarían a lo largo del parto, el cual señaló no tuvo mayores complicaciones y su esposa ya se encuentra bien, incluso dijo que al día siguiente fueron a caminar con el pequeño y sus dos hijas, Mía y Lena.

No habríamos llegado al hospital a tiempo. Entonces, fue correr al gimnasio, conseguir una colchoneta, entrar al baño, poner una colchoneta en el piso, toallas abajo, 'corsé-corsé-corsé'. Afortunadamente, la partera, que iba a reunirse con nosotros en el hospital no estaba tan lejos, así que condujo y llegó allí tal como habíamos asumido la posición. Y luego llegó la segunda partera justo después de que había llegado el jefe", contó.

 

Fuente:  People en Inglés