Ciudad de México.- Ser madre y trabajar al mismo tiempo es un desafío que viven muchas mujeres que necesitan estabilidad económica, o bien, para perseguir sus sueños. Ese fue el escenario en el que se movió Lucía Méndez; su vida se dividió entre la esfera laboral y la maternal.
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En una entrevista con el programa de la barra matutina de Televisa, Hoy, la actriz habló como nunca antes de la crianza de su hijo Pedro Antonio, de quien tenía que despedirse con frecuencia para cumplir con su horario profesional y así darle la vida que se merecía.
A partir de que se divorció de su ahora exesposo, Pedro Torres, la responsabilidad de guiar y mantener a su primogénito quedó, por completo, en manos de Lucía, quien por viajes de trabajo y largas jornadas se perdió algunas competencias deportivas en las que participó su hijo, lo cual le valió intensos reproches.
Si hubo reclamos de pocas ausencias, imagínate si hubiera tenido más ausencias ¡Dios mío!, no me la hubiera acabado, los hijos no te perdonan esas ausencias, pero tienen que comprenderlas porque tú tienes que trabajar. Yo me divorcié, entonces afortunadamente, tenía mis perfumes, que han sido hace 15 años o más negocio para mí", contó.
Por fortuna, contó con una red de soporte femenina, es decir, la abuela de Pedro. Ella la ayudó en el cuidado y atención mientras la cantante y empresaria salía de casa.
Me reclamó, pero nunca lo solté, y tenía yo una gran ventana, estaba mi madre conmigo, definitivamente su abuela también estaba con un ojo al gato y otro al garabato, para mi Pedro Antonio es un galardón, es talentoso, es prudente, es papá, ya se casó, es un excelente padre".
Fuente: Agencia México