Ciudad de México.- Hablar de la Época de Oro del cine mexicano es sinónimo de abordar la carrera de María Félix, una mujer que llegó al mundo un 8 de abril de 1914 para cautivar no solo al pueblo de Sonora, sino al mundo entero pues su rostro, personalidad y por supuesto desempeño ante las cámaras, la llevó a ser considerada una de las actrices más importantes del mundo entero.
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Incluso, el diseñador, poeta, dramaturgo y escritor francés Jean Cocteau, destacaba en su obra que María Félix tenía “tanta y tan intensa es su hermosura, que duele”, por lo que su nombre fue no solo admirado por los hombres sino que además las mujeres han visto en ella un símbolo de empoderamiento que a la fecha sigue siendo recordado.
Si bien la sonorense gozaba de talento que a la vez la llevó a alcanzar la fama, ésta se negó a incursionar en Hollywood al considerar que los papeles que le ofrecían, los cuales siempre eran de campesina o indígena la denigraban pues reiteró en repetidas ocasiones que ella no había nacido “para llevar canastas”.
Aun cuando se dijo no estar satisfecha por los papeles que desempeñó al lado de personalidades como Pedro Infante, Jorge Negrete, María Elena Marqués o Pedro Armendáriz, por mencionar algunos, María de los Ángeles Félix Güereña, nombre completo de la también denominada ‘La Doña’, llegó hasta Europa al grado de convertirse en musa de compositores, poetas y hasta diseñadores como Balenciaga, Vivier y Saint Laurent.
‘La Diva del cine mexicano’ abandonó a temprana edad Álamos, pues en compañía de sus padres y los 11 hermanos con los que creció, llegó a Guadalajara donde además de cursar una carrera universitaria, contrajo nupcias a muy temprana edad con Enrique Álvarez Alatorre, con quien a la vez se convirtió en madre del también actor Enrique Álvarez Félix.
Cabe destacar que la carrera de ‘La Doña’ se dio, aseguran, por mera casualidad pues ella se desempeñaba como recepcionista de un cirujano médico cuando, durante un paseo por las calles del Centro Histórico de la CDMX el director Fernando Palacios descubrió su impecable rostro que terminó por cruzar fronteras.
A partir de entonces, 'María Bonita' decidió cambiar su carrera como asistente por una que pronto la llevaría a Los Ángeles, California en donde se dio el lujo de rechazar el papel que le ofrecían, ya que dijo, si debería comenzar en algún punto, éste debía ser México.
Así, su primer cinta El peñón de las ánimas, filmada en 1943 vería el nacer de una estrella que pronto llegó a protagonizar Doña Bárbara, La mujer sin alma, El monje blanco, Enamorada y por supuesto Río escondido, la cual le dio fama internacional.
Además de incursionar en el cine italiano, también llegó a rodar cintas en Argentina y Francia, países que también reconocieron tanto su talento como su belleza, en especial durante el rodaje de French Cancan, de 1945, a cargo de Jean Renoi.
Luego de revolucionar el cine internacional, María Félix siguió grabando en México donde títulos como Tizoc, La cucaracha o La estrella vacía, la consagraron al grado de llevarla a ser la actriz mejor pagada de la época.
Además de tener un extravagante estilo que la llevó a ser ícono de la moda, también acaparó los rotativos en 1945 cuando anunció su relación con el compositor Agustín Lara, con quien estuvo desde ese año y hasta 1947, relación que fue celebrada por los medios dada la popularidad que ambos tenían, misma que convirtió un regalo de bodas en uno de los temas más famosos del catálogo de México: María Bonita.
Aunque la última cinta que rodó fue en 1970, el legado de María Félix se ha mantenido, no solo por la moda, ideología, talento y filmografía, sino porque además fue también un 8 de abril pero de 2002 cuando falleció, demostrando así que ella era una mujer que decidía tanto la fecha en la que le llegaría el éxito, sus papeles y hasta su muerte.
Con una multitud de gente, la vida de María Félix, quien estuvo en el mundo 88 años, se recordó con un desfile sin precedentes que fue desde su residencia en Polanco y hasta el Centro Histórico de la capital donde se montó un evento especial en el Palacio de Bellas Artes, sitio de la CDMX que además, fue el escenario que marcaría un antes y un después en la vida de la oriunda de Álamos, Sonora.
Fuente: El País, Vogue, Excélsior, Noticieros Televisa, CNA