Tijuana, Baja California.- La esposa de Benjamín Arellano Félix, Ruth Lizeth Serrano Corona gozó de una vida de lujos durante el tiempo de que su esposo lideró el Cártel de Tijuana, también llamado Cártel de los Arellano Félix. Pero, ¿cómo llegaba a ella todo su dinero? Esta es la ruta que sicarios entrenados seguían.
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Es bien sabido que las esposas de los narcotraficantes de México alcanzan estándares de vida que no son accesibles a ciudadanos promedio, debido a que con sus ilícitos se manejan increíbles cantidades de dinero.
No obstante, el efectivo no llega a las esposas de los capos a través de cuentas bancarias, si no que se transporta a través de una cuidada ruta que, en el caso de los líderes del Cártel de Tijuana, va de Estados Unidos a México.
Los Arellano Félix, específicamente, Benjamín, enviaba dinero a su esposa cada tercer día. Para que esta pudiera seguir gozando de lujos y propiedades, recibía cada tercer día 30 mil dólares; así lo describe el periodista Jesús Blancornelas en su libre El Cártel.
En el capítulo 'Te vas porque yo quiero que te vayas' del citado libro, se describe la ruta que los sicarios, de la más alta confianza de Benjamín Arellano Félix, seguían para entregar cada tercer día el efectivo.
Los miles de dólares, de procedencia ilícita, viajaban de San Diego, en donde un sicario llamado Alberto Martín Gerardo 'El Popeye', era el encargado de llevar el dinero a Tijuana, en donde los recibía José Carlos García Rodríguez 'El Chupitos'; en este sitio, se entregaba el efectivo a Manuel Martínez 'La Mojarra', el principal responsable de entregarlo íntegro a la esposa de Benjamín Arellano.
Cabe destacar que este último sicario era el único en este sistema que sabía donde encontrar a la esposa de Benjamín Arellano Félix, quien cambiaba de casa constantemente por temas de seguridad.
No obstante, según el mismo periodista, fueron errores de los sicarios, quienes en varias ocasiones 'alardeaban del dinero', lo que los llevó a caer y que las autoridades pudieran capturar a Benjamín Arellano, en Puebla, en 2002.
Fuente: Sin Embargo