Ciudad de México.- El león africano que fue hallado muerto en las calles de la alcaldía Iztapalapa, en la CDMX, fue incinerado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) sin haber realizado una necropsia que conformara si se trataba de un león o no.
Esta necropsia era necesaria debido a que los vecinos de la zona donde el animal fue encontrado, argumentaban que no se trataba de un león, sino de un perro de talla grande, pues el animal estaba en malas condiciones y fue cubierto por cal.
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El león fue hallado el pasado 18 de febrero y resguardado por elementos de la Brigada de Vigilancia Animal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), por lo que de inmediato se procedió a investigar el origen del animal, las razones de su muerte y sobre todo, si se trataba de la especie de vida silvestre.
No obstante, la Profepa no realizó la necropsia correspondiente e incineró el cadáver del animal sin despejar las dudas, debido a que de acuerdo con la dependencia, el león se encontraba en un avanzado estado de descomposición y putrefacción que representaba un riesgo biológico.
Presentando además lisos de tejidos internos y externos, con desprendimiento del pelo y de la piel, no presentaba ya los ojos; parte del hocico y belfos se observaron carcomidos y se notó la presencia de larvas de mosca y nematodos desintegrados de materia viva", determinó la Profepa.
A pesar del tiempo transcurrido después de su hallazgo, la dependencia informó que el animal fue incinerado de inmediato, no obstante, es hasta este momento que se revelaron los hechos, no obstante, se insiste en que sí se trataba de un león africano y no de un perro como los vecinos argumentaron, "dadas sus características morfológicas a simple vista".
Fuente: Profepa, Excélsior