Ciudad de México.- Algunas secuelas tras el paso del coronavirus en el cuerpo humano son la distorsión del gusto y olfato, así como posible trastornos psicológicos, sin embargo, poco se habla de la alteración en la voz o la dificultad que supone deglutir alimentos.
Por ello, la coordinadora de Programas Médicos de la División de Unidades de Rehabilitación, del IMSS, publicó un video en el que invitaba a los pacientes con complicaciones a solicitar terapia.
María del Carmen Rojas Sosa dijo que también aquellos con lesiones tumorales o infecciones en la garganta pueden ser candidatos a recibir atención foniátrica. Detalló que todo este cúmulo de consecuencias no deseadas tienen mayor incidencia en los pacientes que fueron intubados, aunque no descarta a quienes sobrellevaron la enfermedad desde casa.
Para que las personas reciban un tratamiento personalizado es prudente que se sometan a estudios, tales como la laringofaringoscopía o nasolaringofibroscopía.
Por su parte, Oscar David Jiménez Chávez, fonoaudiólogo adscrito a la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación Centro, calculó que algunos ejercicios de recuperación pueden tardar hasta un año, lo cual depende de la agresividad de la enfermad respiratoria.
Fuente: Milenio