Ixtapan de la Sal, Estado de México.- Sin duda alguna México es considerado un país único, esto por la inmensa cantidad de atracciones que tiene para sus visitantes, desde hermosas playas, hasta las montañas más altas. Pero también hay historia entre lo que ofrece el país, entre ello lo que los turistas pueden encontrar en el Estado de México. En la entidad hay al menos siete Pueblos Mágicos, entre ellos destacan Ixtapan de la Sal, Teotihuacán, San Martín de las Pirámides y Villa del Carbón, los cuales en fechas recientes celebraron siete años de su nombramiento.
Llegar a estos lugares es una experiencia diferente, son considerados destinos únicos que permiten disfrutar de la riqueza histórica, cultural, artesanal, gastronómica y natural del Estado de México. En el norte de la entidad se encuentra Aculco, donde se puede conectar con la naturaleza en la cascada de la Concepción, la cual alcanza más de 25 metros de altura. Además, sus paredes de basalto la hacen el lugar perfecto para practicar rapel y visitar los Lavaderos Públicos para conocer sus leyendas.
Por otro lado, Ixtapan de la Sal es considerado un sitio de bienestar y salud. Abre sus puertas el Balneario municipal “El Bañito” con aguas termales, alberca para aplicación de barro, tinas de hidromasaje y masajes terapéuticos, este Pueblo Mágico será sede del Encuentro Nacional de Yoga, los próximos 5 y 6 de noviembre.
Llenos de historia y misticismo están los destinos de Teotihuacán y San Martín de las Pirámides, que se distinguen por su zona arqueológica, que es Patrimonio Cultural de la Humanidad. Estos dos municipios, que comparten el nombramiento, también se distinguen por sus temazcales, la gastronomía prehispánica y artesanalmente por las diversas piezas de obsidiana o sus salsas, mermeladas y conservas hechas de productos naturales como el xoconostle, la tuna y el nopal.
Villa del Carbón está rodeado de parajes boscosos, montañas, cascadas y vegetación. Su cabecera municipal se distingue por conservar un estilo colonial que se aprecia en las calles empedradas, los altos muros de adobe y los techos de teja roja a dos aguas de las construcciones. En este destino se puede disfrutar de la conexión con la naturaleza, en sitios como las presas del Llano y Taxhimay, disfrutar de la aventura con actividades como tirolesa, senderismo, campismo e incluso pesca. Además se distingue por su vocación artesanal talabartera, con piezas elaboradas en piel entre las que destaca el famoso botín charro, que le ha ganado el nombre de “La Capital del Botín Charro”.
Fuente: Tribuna