Toluca, Estado de México.- El Día de Muertos es una tradición única, pues, todas las personas recuerdan a sus seres queridos que partieron a otro plano. En ese sentido, un elemento fundamental en la conmemoración del Día de Muertos, es el levantamiento de la ofrenda en los hogares para los fieles difuntos regresan a convivir con los vivos, por lo que se les prepara una con elementos muy específicos.
El Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM), a través de sus Tiendas de Artesanías “Casart”, cuenta con lo necesario para la instalación de ofrendas. Destacan los manteles blancos en las técnicas de deshilado, bordado, empuntados diversos o de lana, que representan la pureza del alma del difunto y que, según la tradición, facilitan el tránsito de ésta última del mundo de los muertos al nuestro.
Las velas y veladoras son muy importantes, pues simbolizan la guía para que los muertos encuentren el regreso a su antiguo hogar. El número de las que tendrá el altar dependerá de las almas que quiera recibir la familia. Las calaveras de alfeñique son uno de los elementos imprescindibles en las ofrendas; hechas de pasta de azúcar, decoradas con un glaseado de colores con motivos de grecas y flores, representan de una manera divertida a la muerte.
Pueden adquirirse también una gran variedad de dulces típicos que, además de deliciosos, son una obra de arte culinaria y colorida, que se puede colocar en las ofrendas para los difuntos. Para limpiar y purificar los sitios, también están el copal e incienso sobre algún sahumerio, estos se pueden adquirir en materiales como el barro vidriado en diferentes tamaños, diseños y formas, pudiendo llevar a casa un elemento totalmente personalizado y único.
De igual forma, ofrecen flores de cempasúchil elaboradas a base de papel como el símbolo de la festividad, ya que nuestros antepasados relacionaban el color amarillo de la flor con el Sol, razón por la que la utilizaban en las ofrendas. La tradición marca hacer senderos con las flores de cempasúchil, desde el camino principal hasta el altar de la casa, con la finalidad de guiar a las almas hacia los altares, sin olvidar el papel picado, el cual no sólo le da color y alegría a la ofrenda, sino que representa al aire, como uno de los cuatro elementos que debe estar presente.
Fuente: Tribuna