Ciudad de México.- El presidente Andrés Manuel López Obrador presentó su Cuarto Informe de Gobierno mediante un mensaje en donde abundaron las loas y se evitaron los temas relevantes para el país; de acuerdo con el mandatario, todo va viento en popa en la economía, la seguridad y en la estabilidad social del país.
Con reclamos a los “neoliberales”, “conservadores” y a los medios de comunicación, López Obrador afirmó que en su gobierno no se permite la corrupción, ni el compadrazgo, ni existen relaciones de complicidad con nadie, al tiempo de combatir “con todo” a la impunidad.
Lo que evitó fue hablar de las condiciones que guardan los megaproyectos que ha impulsado desde el día uno de su gobierno: el Aeropuerto Felipe Ángeles, la Refinería Olmeca y el Tren Maya, todos ellos en el ojo del huracán por diversos factores.
Mientras presumió su postura de “austeridad republicana” y “pobreza franciscana”, el titular del ejecutivo no precisó que donde no hubo recortes, sino recursos casi ilimitados fue para tales proyectos prioritarios.
Afirmó que ha ahorrado un billón 700 mil millones de pesos “por no permitir privilegios fiscales”, 200 mil millones por “combatir el huachicol” y 500 mil millones “por no permitir la corrupción, dando un total de 2 billones cuatrocientos mil millones de pesos.
Todo esto, dice el mandatario, siguiendo la estela de Benito Juárez: honestidad y austeridad, características de las que, afirma, los gobiernos “neoliberales” anteriores carecieron.
El problema, de acuerdo con los especialistas, es que las cuentas no cuadran, pues si el gobierno ahorró tales cantidades, tendría que contar con mayores recursos para resolver los problemas del país y no habría necesidad de disminuir presupuestos a temas clave para el país, o gastar de más.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) detalla que el gobierno federal no se ha apegado a su presupuesto anual desde sus inicios; por ejemplo, en 2021 gastó 7.5% más de lo previsto, dando un total de 4 billones 676 mil pesos; en 2020 la erogación por encima del presupuesto fue de 1.5 y en 2019 de 1.7.
- Recortes
El presidente ha sido insistente en recortar el presupuesto designado a varias áreas cruciales para el gobierno, como lo han demostrado organizaciones civiles, además de confirmado por la Secretaría de Hacienda.
Por ejemplo, en 2020 el sector salud vio disminuido su presupuesto en 30 mil millones de pesos, casi 14 veces lo que costó el Hospital de Especialidades de Hermosillo, es decir, que con tales cantidades se podrían haber construido instalaciones de alta gama en catorce estados.
En este año, por dar más detalles, los análisis del Congreso y de la propia Secretaría de Hacienda precisan que el gobierno decidió recortar más de 40 mil millones de pesos a Salud y Educación tan sólo en el primer semestre.
De igual forma son famosas las disminuciones a los organismos autónomos y reguladores, quienes en tres años han perdido más de 100 mil millones de pesos anualmente; al tiempo, a López Obrador le ha gustado bajar los fondos para la ciencia y la tecnología, que tienen niveles de presupuesto de hace una década.
- ¿Y a dónde va?
El problema, de acuerdo con los análisis de México Evalúa, el IMCO y de otros especialistas, es que, en su afán de terminar con las obras antes de acabar su sexenio, el presidente López Obrador le ha dado prioridad a los megaproyectos, buques insignia de su modelo de gobierno.
El Tren Maya, la Refinería Olmeca y el Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA) han salido mucho más caros de lo esperado, tanto en cuestión metálica como en los costos alternos: sociales, políticos y ambientales.
Un informe publicado por el New York Times, el periódico más emblemático de Estados Unidos, revela que el Tren Maya terminará costándole al erario la friolera de 20 mil millones de dólares, es decir, más de 400 mil millones de pesos, lo que equivale a seis veces el presupuesto total del gobierno de Sonora para este año.
Algo similar ocurrió con la Refinería, que, de un costo inicial previsto de 8,918 millones de dólares, terminará en casi los mismos 20 mil del tren, es decir, más del doble; a pesar de ello, el presidente garantizó que “no es por corrupción, ni por negocio”.
En el caso del AIFA, el costo final fue de 5,800 millones de dólares, lejos de los 3,750 programados al inicio de las obras.
Fuente: Tribuna