Ciudad de México.- El Palacio de Bellas Artes es uno de los lugares emblemáticos de la capital, pues tiene una gran historia que contar. Este inmueble ha sido la sede de innumerables espectáculos que marcaron época en el país. Ubicado a un costado de la Alameda Central, este recinto se convirtió en uno de los puntos a visitar por todos los turistas. Este lugar cuenta con más de 80 años de historia, ya que fue inaugurado oficialmente el 29 de septiembre de 1934.
Este icónico sitio comenzó a construirse el 2 de agosto de 1904 y el objetivo era que se convirtiera en el reemplazo del Teatro Nacional de México, este proyecto estuvo a cargo del arquitecto Adamo Boari. El Palacio puede presumir que algunos de sus muros son obra de Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, tres de los muralistas mexicanos más famosos e importantes, pero eso no es todo, pues artistas de la talla de Rufino Tamayo y José González Camarena también plasmaron todo su talento en este recinto, el cual cuenta con 17 murales.
El icónico edificio cuenta con una sección de museos, oficinas y una biblioteca, además del famoso teatro, donde se han presentado artistas de la talla de Juan Gabriel, Orquestas Sinfónicas de todo el mundo y las compañías de teatro más importantes. En la planta baja se habilitó un restaurante, una tienda y una librería. En el Palacio de Bellas Artes hay conciertos, ópera, presentaciones de ballet clásico, moderno y folclórico, así como de libros y exposiciones de pintura, escultura fotografía, lo que lo convierte en el recinto número uno de la CDMX para la divulgación de cultura y espectáculos.
Entre los problemas que tuvo esta estructura es que cada año se hunde un poco, de hecho, en 1921 fue 1.80 metros lo que desapareció en el suelo de la CDMX. Sin embargo, las autoridades decidieron rellenar la parte oriente del recinto con más de 950 toneladas de cemento y cal, con lo que se logró detener, de manera momentánea, esta falla. Pero no todo son fallas arquitectónicas, pues también existen joyas reconocidas en todo el mundo, se trata del plafón del teatro, el cual es un vitral circular en el que aparecen el dios Apolo y las nueve musas, diseñado por el artista húngaro Géza Maróti.
El horario del museo es de martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas, la admisión general de 80 pesos y en caso de que los visitantes deseen tomar fotografías con cámaras profesionales o semiprofesionales, tendrán que pagar por un permiso, cuyo costo es de 30 pesos. El boleto incluye todas las exposiciones temporales y la colección permanente del Museo del Palacio de Bellas Artes. Cabe destacar que los domingos la entrada es libre.
Fuente: Tribuna