Acapulco, Guerrero.- La ciudad de Acapulco se encuentra enfrentando una serie de desafíos sin precedentes después del impacto del huracán Otis. Entre los problemas más urgentes, la escasez de combustible ha llevado a algunos habitantes a recurrir a fuentes ilegales para abastecer sus vehículos. Esta situación ha permitido que los llamados "huachicoleros del huracán" vendan gasolina robada hasta en 40 pesos por litro.
La rapiña en las estaciones de servicio y las largas filas en las gasolinerías bajo control policial han obligado a algunos residentes de Acapulco a adquirir combustible a través de estos huachicoleros para poder moverse dentro del municipio o buscar refugio con familiares y amigos.
En un recorrido realizado por nuestro equipo, encontramos un punto de venta de huachicol sobre la Costera Miguel Alemán, una de las principales vías de Acapulco. A plena luz del día, una camioneta se estacionaba ofreciendo gasolina a los vehículos que pasaban. Los individuos que operaban este punto de venta no parecían preocupados por la presencia de las autoridades, ya que la Guardia Nacional, la Marina y el Ejército se enfocan en la vigilancia de bancos, centros comerciales y algunas gasolinerías.
Un sujeto que vendía gasolina robada respondió a la pregunta sobre el precio del litro con un contundente "40 pesos." Este hecho evidencia cómo la escasez de combustible ha llevado a algunos individuos a lucrarse de la tragedia, aumentando los costos de productos de primera necesidad, como el agua, el huevo, la tortilla y otros alimentos.
El caos generado por el huracán Otis ha provocado que cientos de personas saqueen las estaciones de servicio, llevándose miles de litros de gasolina. Mientras algunos de ellos buscaban recargar sus vehículos, otros se aprovecharon de la situación para revender el combustible, conscientes de la escasez que se avecinaba.
Se ha detectado que detrás de los huachicoleros del huracán existen líderes que controlan la extracción y distribución del combustible. Es probable que estos líderes estén relacionados con grupos del crimen organizado que operan en Acapulco.
La Guardia Nacional ha reportado que en Punta Diamante, hombres encapuchados robaron combustible tanto de las estaciones de servicio como de un camión cisterna. Hasta el momento, solo 17 de las 55 gasolinerías en el puerto de Acapulco han vuelto a abrir, y siguen registrándose largas filas en las estaciones que operan, con un límite de venta de 20 litros por auto.
La situación también se ha visto reflejada en el aumento de los precios de productos de primera necesidad. Los habitantes de Acapulco se quejan de que algunas personas están tratando de aprovecharse de los damnificados al vender alimentos a precios elevados. Por ejemplo, el kilogramo de tortilla se vende en 80 pesos, un garrafón de agua a 200 pesos, una rejilla de huevo a 150 pesos, un refresco de 600 ml a 40 pesos, un refresco de dos litros a 90 pesos, y la cerveza a 35 pesos. Además, en algunas colonias, el pollo se vende a 260 pesos.
Este problema no se limita únicamente a Acapulco, ya que los habitantes que viajan a Chilpancingo para comprar alimentos han comenzado a notar aumentos en los precios en esa ciudad también. La población continúa enfrentando desafíos significativos en medio de la devastación causada por el huracán Otis.
Fuente: Tribuna