Ciudad de México.- Como ya se ha hecho costumbre, la madrugada de este martes 26 de diciembre se registró un nuevo microsismo, ahora el punto fue en las inmediaciones de la alcaldía Magdalena Contreras; sin embargo, debido a su intensidad de 1.7 grados, no fue necesaria la activación de la alarma sísmica. Se trata de un nuevo movimiento telúrico que se registra en la capital en el último mes.
Fue la mañana de este martes cuando el Servicio Sismológico Nacional (SSN) informó sobre el registro de un microsismo en la Ciudad de México, el cual tuvo 1.7 de magnitud con epicentro 4 kilómetros al norte de la alcaldía Magdalena Contreras a las 7:33 horas. Sin embargo, no fue perceptible por la población debido a la baja intensidad del movimiento, la publicación ha generado diferentes comentarios en las redes sociales.
Cabe señalar que la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil o el Gobierno de la Ciudad de México han indicado la activación de protocolos ante sismos, lo anterior debido a que el movimiento no fue perceptible en ninguna demarcación capitalina, por lo que al parecer hasta el momento no se registran afectaciones por dicho movimiento telúrico. Será en las próximas horas cuando se actualice la información al respecto.
¿Por qué se registran microsismos en la CDMX?
Los microsismos, principalmente centrados en la zona de Plateros y Mixcoac, varían en magnitud pero comparten características comunes, a diferencia de los sismos convencionales que pueden tener réplicas, estos microsismos son eventos independientes, aunque similares, que probablemente emanen de la misma falla geológica, estos sismos son superficiales y ocurren en el Eje Volcánico, una región geológicamente activa donde se asienta la ciudad.
el SSN tiene cuatro hipótesis al respecto: “Se piensa que son generados por el reactivamiento de antiguas fallas geológicas. También se considera que estos eventos pueden ocurrir como resultado de la acumulación de tensión regional o que el hundimiento del Valle de México podría originar tensiones que si bien no generan propiamente a los sismos, sí pudieran dispararlos”. En ese sentido, la última hipótesis sugiere que los grandes sismos generados en la costa dan lugar a condiciones de desequilibrio que funcionan como precursoras de sismos locales.