Ciudad de México.- Después de más de 10 años de viajar por diversas ciudades de México, el Niño Dios más grande del mundo regresa a la colonia Unidad Ermita Zaragoza, en la alcaldía Iztapalapa, el lugar que lo vio nacer. Esta majestuosa figura, creada desde la fe y con amor por la Familia Gómez Resendiz, será expuesta en la rectoría de Nuestra Señora de Guadalupe para celebrar la fiesta patronal en honor a la Virgen de Guadalupe este 12 de diciembre.
En una reciebte entrevista Abraham Gómez Resendiz, miembro de la familia creadora de la emblemática figura, compartió la historia detrás de la creación del Niño Dios más grande del mundo. Esta iniciativa única, que está a punto de cumplir 10 años, nació en el espacio de Conarte, ubicado en Nezahualcóyotl, donde se donó el material para la construcción de esta figura de medio tonelada.
La figura, creada como un acto de fe y devoción, está compuesta por una estructura de metal que simula el sistema óseo, recubierta con espuma de poliuretano y resina epóxica, y finalmente tallada a mano para darle forma. Con ojos de cristal y pestañas de krill de becerro, la escultura es una obra de arte sacro que representa la esencia de la tradición religiosa.
El proceso de vestir al Niño Dios es todo un desafío debido a su peso y tamaño, alcanzando los 7 metros cuando está sentado en su trono. Durante estos 10 años, se han confeccionado numerosos atuendos, cada uno especial y donado por personas comprometidas con el proyecto. La labor es, según Gómez Resendiz, una aventura que ha llevado a la figura por diferentes estados del país, visitando comunidades, pueblos y ciudades como Tepito, Querétaro, Veracruz, Nuevo León, entre otras.
Aunque el Niño Dios más grande del mundo ha sido invitado a lugares tan distantes como el Vaticano, su misión principal es compartir diálogos y bendiciones en México. La figura, aún en proceso de certificación por parte de la Iglesia Católica, se aleja de la búsqueda de récords mundiales para enfocarse en su labor social y espiritual.
En esta etapa especial, el Niño Dios ha decidido regresar a sus raíces en la colonia Unidad Ermita Zaragoza, donde nació. La rectoría Nuestra Señora de Guadalupe, dirigida por el padre Miguel Juárez Varela, será el epicentro de la celebración. El padre compartió la compleja pero gratificante experiencia de preparar la iglesia para recibir al Niño Dios más grande del mundo, agradeciendo el apoyo de la alcaldía para hacer posible este evento único. Así, el regreso del Niño Dios más grande del mundo a Iztapalapa es un acontecimiento lleno de fe, devoción y un profundo significado para la comunidad que lo vio nacer.
Fuente: Tribuna