Ciudad de México.- Este 17 de mayo se cumplen 33 años desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de catalogar a la homosexualidad como una enfermedad mental y en esta fecha la eliminó de la lista de padecimientos. Desde aquel día se decidió conmemorar el Día Internacional contra la Homofobia, transfobia y bifobia y en 2004 se eligió esta fecha cuyo único objetivo de fomentar una cultura de inclusión, denunciar la discriminación y avanzar en el reconocimiento de sus derechos en todo el mundo.
La discriminación, violencia y abusos en contra de miembros de la comunidad LGBT es lamentablemente un pan de todos los días en México. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación, más del 40 por ciento de las mujeres y 41 por ciento de los hombres no aceptarían a una persona trans en sus hogares, lo mismo pasa en caso de personas homosexuales, por lo que es claro que la lucha por la igualdad, equidad y respeto es muy larga y queda mucho camino por recorrer.
En ese sentido, al menos siete de cada 10 personas de la comunidad LGBT han manifestado haber sido víctimas de violencia o discriminación. En México se sanciona la discriminación por razones de raza, sexo, religión, nacionalidad entre otras y se plantea como iniciativa de ley prohibir, sancionar a quienes impulsen “terapias de conversión”, procedimientos que solo dañan a quienes se someten de manera obligada a ellos.
La violencia en contra de la comunidad LGBT es tan alta en México que se ha llegado al asesinato o al transfeminicidio, pues el país se posicionó como el segundo de América Latina donde se registran más asesinatos en donde las víctimas son personas trans, solo por debajo de Brasil. Los transfeminicidios son el resultado de estructuras económicas y culturales que estigmatizan, precarizan y marginan.
Estos crímenes son el reflejo de la violencia misógina contra las personas LGBT, que se manifiesta diariamente en discriminación en los espacios laborales y sociales, y reproduce discursos de odio que configuran impunidad y falta de justicia. La orientación sexual no debe ser motivo de discriminación, ni una barrera para el desarrollo personal de nadie.
Cabe señalar que las personas de la comunidad LGBT son víctimas de acoso, tortura, detenciones arbitrarias e incluso de asesinato en todo el mundo, a menudo con total impunidad. La homosexualidad sigue siendo un delito o un crimen en más de 70 países y se castiga con la pena de muerte en, dentro de poco, 11 de ellos. En algunos países, la homosexualidad y la transexualidad aún son consideradas enfermedades.
Fuente: Tribuna, ONU, CNDH, OMS