Sonora, México.- Hoy se celebra el Día del Padre. “Nadie me enseñó cómo ser papá, realmente no sabía nada, pero he ido aprendiendo o más bien pues tuve que hacer las cosas y esperar a que salieran bien”, explica Fernando, un hombre que forma parte de los veintidós millones de mexicanos que son padres de familia. Fernando vive con sus dos hijas de 9 y 14 años después de que enviudó hace ya un lustro, no volvió a casarse porque, cuenta, no le quedó tempo disponible, pues “tuve que ser madre y padre” 24/7 y a lo largo del año, de cada año transcurrido.
Para el entrevistado, ser papá de sus dos mujercitas es lo único que importa, por lo que es su prioridad absoluta. “Yo antes pues me la pasaba trabajando y con los amigos, quien se hacía cargo de todo era mi señora, digamos que era papá social, pero no en el día a día, y eso ahora sé que estuvo muy mal de mi parte”, narra.
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Así como Fernando, Jesús se toma muy en serio lo de ser padre, se desboca por sus tres hijos varones, a quienes intenta, según sus palabras, heredarles al menos el sentido común. “Con los años uno entiende que esto se trata de guiar más o menos a sus hijos, de orientarlos y de quererlos”, argumenta. De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), el promedio de edad de los padres en México oscila entre los 40 y los 45 años, lo que deja ver, de acuerdo con los expertos, que la mayoría de éstos son ya personas con experiencia en la vida, pero también con los vicios y problemáticas que trae consigo el ser papá que repite patrones de generaciones anteriores.
En México hay mucho arraigo todavía de que el padre de familia debe ser el ‘jefe’ el que manda, el que se dedica a trabajar, el que es reacio al amor familiar y que pone una barrera hacia con sus hijos, algo que es notorio cuando se repiten patrones de crianza de hace cuarenta años en la actualidad”, explica la socióloga Lucía Escamilla.
Pero este desapego no sólo es responsabilidad de la herencia, también de la postura de los gobiernos y de las políticas públicas implementadas; por ejemplo, mientras en México sólo se otorgan seis días de permiso por paternidad, en el resto del mundo estos se duplican o incluso cuatriplican.
Estamos muy lejos de generar condiciones que hagan a los padres acercarse a sus hijos desde el inicio, desde que nacen; en nuestro país se obliga a trabajar muchas horas y poner poco foco a la familia, parece que darles el tiempo necesario fuera un pecado y eso ha alejado a muchos papás del desarrollo de sus hijos”, explica la laborista Nitzia Fernández.
Además, de acuerdo a un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estas políticas públicas no contribuyen a crear lazos entre padres e hijos, lo que “sumado a los estereotipos todavía comunes en la sociedad hacen que lo hombres vean las labores domésticas y de cuidados como algo que no les corresponde”, explica el estudio realizado en 2021.
El rol
Pese a todo esto, actualmente, el 71.3 por ciento de los hogares en México dependen de un hombre y muchos de ellos han comenzado a presentar rasgos distintos, nuevos, “más adaptados a un nuevo tipo de paternidad, uno más cercano, más humano, en donde la relación con los hijos es clave”, explica la socióloga Lorena Madrazo.
Para consumar este cambio, los expertos consideran que debe haber cambios sociales y legales, por lo que el gobierno debe involucrarse; “se trata de que todo sea más justo, equitativo, que se permita a los hombres, padres de familia, gozar de tiempo par sus hijos; un padre presente convierte a sus hijos en hombres sin vacíos, lo que a la larga es benéfico para el país porque tendrá ciudadanos más comprometidos”, explica Madrazo.
Los padres mexicanos, de acuerdo al análisis de la UNAM, han sufrido durante décadas, por lo que “la corriente debe cambiar y transformarse; no se puede negar que los aspectos negativos de la paternidad en México son parte de una herencia histórica de un país que debe terminar de cambiar”.
Fuente: Tribuna