Ciudad de México.- La promesa de la autosuficiencia alimentaria que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hace ya casi cinco años se encuentra muy lejos de cumplirse. El campo mexicano pasa uno de sus peores momentos, como ya se ha narrado constantemente en estas páginas.
Con apenas planes para el desarrollo comunitario y políticas públicas de producción sustentable, el gobierno de López Obrador ha ido en sentido inverso a lo que planteó al llegar al poder; tan es así que desapareció una serie de programas de apoyo a los productores, eliminó a la Financiera Rural y rechazó, tan sólo este año, brindar subsidios a la producción de trigo y maíz. De esta manera, ese planteamiento atrevido y contracultural del presidente, que daba esperanza al oprimido sector primario, al final resultó mera verborrea de un López Obrador que dejará como herencia a su sucesor un campo en ruinas.
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Ya no vamos a comprar en el extranjero lo que consumimos; vamos a producir en México todo lo que consumimos”, aseguró un par de meses antes de tomar posesión como presidente, para luego, a lo largo de los años ya en el poder, insistir con un discurso que en los hechos tiene poco respaldo.
De hecho, en realidad lo que ha ocurrido es que México ha perdido terreno con Estados Unidos y la brecha entre lo que exporta y lo que importa se ha cerrado, esto para beneplácito de los productores estadounidenses, principales beneficiados.
La política para el campo mexicano ha sido realmente errada, pues lo que se ha provocado es la pérdida de competitividad y, por ende, el aumento en la dependencia de productos de origen extranjero, lo que presiona más a los productores locales, poniéndolos en una verdadera encrucijada”, explicó el analista Agustín Rojas.
Se cierra
El año pasado, México importó 28,190 millones de dólares en productos agroalimentarios, un récord histórico; dicha cantidad representa un alza de 46.2 por ciento comparado con lo que adquirido en 2019 y 11.7 por ciento si se le coteja con 2021. Han resultados tan grandes los montos que nuestro país ya significa el 13.7 por ciento del mercado destino para Estados Unidos, es decir, prácticamente sólo es superado por China y Canadá.
Las importaciones han sido esencialmente maíz, soya, carne de cerdo, trigo, leche y crema, lo que permite entender la crisis en varios lugares del país como lo son Sonora o Sinaloa, que han visto inundado el mercado de granos provenientes del norte. Las políticas gubernamentales han ayudado a que esto ocurra, incluyendo las medidas tomadas por el alza de la inflación, que llevó al gobierno a dar carta abierta para que se importaran productos básicos para alimentación.
Este movimiento que, si bien dio un respiro a la inflación, también le dio un tiro en el pie a varios sectores productivos, que vieron cómo el país se llenó de productos provenientes del extranjero sin medidas de higiene e inocuidad de por medio.
Fue una decisión con buenas intenciones, pero muy mal ejecutada; se cayó en el descontrol y así vimos cómo los porcicultores, ganaderos y productores del campo debieron castigar sus precios para poder competir contra productos foráneos que llegaban muy baratos al estar exentos de aranceles”, explica el economista Daniel Madrazo.
Los granos
Uno de los principales problemas del país para los próximos años será enfrentar la inseguridad alimentaria derivada, de acuerdo con varios análisis, a la importación desmedida de granos, cuya única manera de menguar su efecto es alcanzar la soberanía alimentaria.
La seguridad alimentaria en el país se ha visto vulnerada. Es un reto que debemos enfrentar y asumir que se requiere buscar alternativas para revertir tal condición.
Esperamos que este espacio sirva para encontrar propuestas y contribuir de forma directa a la problemática”, explicó el investigador Uberto Salgado.
La investigadora Argelia Salinas asegura que México no debería importar granos, pero se ve obligado por cumplir los tratados de libre comercio así como por el poco apoyo del gobierno hacia los productores.
Nos hemos convertido en una especie de agromaquiladores porque importamos materias primas, maquinaria, el esquema productivo sustentado en agroquímicos, y todo ello ha conducido a la devastación del campo mexicano”, explica.
Cabe recordar que ya será un mes de que productores de varios estados, incluyendo Sonora, estuvieron en Palacio Nacional exigiendo atención por parte del gobierno federal, intentando que este no los dejara ‘colgados’ con los problemas del precio de su producto, lo cual nunca ocurrió pues sencillamente el mandatario se mantuvo en su idea de no tender puentes ni la mano para así poder evitar una mayor crisis en el sector.
Fuente: Tribuna