Sonora, México.- La trágica muerte de Aitana en un elevador en el Hospital General de Zona de Playa del Carmen, coinciden analistas, ha derrumbado las posibilidades de Zoé Robledo para ser el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) al gobierno de Chiapas el próximo año. El caso de la menor le dio la vuelta al mundo y acabó con las aspiraciones del flamante director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que sólo expresó sus condolencias y lamentó la pérdida, pero evitó explicar las condiciones precarias del elevador, así como el estado de los contratos de subrogación en todo el país.
Robledo y sus huestes han buscado el linchamiento contra sus críticos; el columnista Mario Maldonado, uno de los más insistentes en señalar la caída política del director del Instituto, es un ejemplo de ello, y también de apuntar a la médula del tema: el IMSS sufre una severa crisis bajo el control de la Cuarta Transformación (4T).
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Irregularidades
Con el actual gobierno, el Instituto ha sido un paraíso de los contratos multimillonarios por adjudicación directa, es decir, sin que existan licitaciones de por medio que permitan revisar diferentes propuestas, así como investigar la reputación de las empresas con interés en ser contratadas.
Una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) señala que de cada diez contratos otorgados por el IMSS, siete son por adjudicación directa, ostentando el primer sitio de esta lista poco loable con más de 70 mil millones de pesos brindados por esta vía. Incluso se comprobó que el equipo de Robledo dio contratos a empresas señaladas por la Secretaría de la Función Pública (SFP) como irregulares, incumplidas e incluso por mentir.
Uno de los casos más emblemáticos es el de Logística Médica de Occidente, una firma que fue inhabilitada por dar información falsa. Pese a semejante acto, el IMSS le ha dado este año cuatro contratos, todos por adjudicación directa para vender tratamientos para el Parkinson. Algo similar pasó con World Diagnostic, cuya creación no tiene ni diez meses, pero ya le han sido otorgados contratos de especialización por más de cien millones de pesos, aunque no cuente con experiencia previa.
Al estilo de la Cuarta Transformación, Robledo ha rechazado los señalamientos y garantizado que no existe corrupción en el Instituto, aunque tampoco ofreció pruebas de su proceder; de hecho, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) dio a conocer que el IMSS es el segundo órgano federal que más otorga contratos a empresas de reciente creación (660 millones de pesos).
Tan es así que, aunque en su momento hubo críticas álgidas de propios y extraños, el IMSS mantiene su relación con Cyber Robotic Solutions, empresa que le pertenece al hijo de Manuel Bartlett, director de la Comisión Federal de Electricidad, señalada por la SFP durante la pandemia por vender ventiladores a sobreprecio.
Diferencias
Dentro de este mar de irregularidades, las clínicas y centros de salud en los estados deben navegar no sin pocas marejadas. Hace unos días, el IMCO señaló que pese a que el discurso oficial se basa en que el sistema de salud del país se acerca cada vez más al de Dinamarca (uno de los mejores del mundo), la realidad difiere a gran escala. Lo que ni Robledo ni el presidente López Obrador dicen, sobre todo después de la tragedia de Aitana y las deficiencias que se exhiben en redes sociales un día sí y otro también, es que en los dos últimos años el presupuesto para creación de infraestructura ha sufrido recortes.
Y, aún peor, se sabe que de 2019 a 2022, el presupuesto para el Programa de Mantenimiento de Infraestructura del Instituto ha sido de cero para todos los estados, a excepción de Sinaloa, Ciudad de México, Tamaulipas, Morelos y Campeche.
El lastre
López Obrador impulsó con todas sus fuerzas la eliminación por completo del Seguro Popular, un programa exitoso de sexenios pasados que brindaba servicios de salud universales. Apelando a una corrupción no demostrada, el programa terminó y fue sustituido por lo que hoy es llamado el IMSS-Bienestar Básicamente con el mismo propósito de ofrecer servicios de salud a ciudadanos no afiliados al IMSS. Para los expertos, la estrategia es un fracaso consumado que se irá poniendo peor, especulan.
Los servicios están saturados en todo el país, hay pacientes que esperan atención en los pasillos de los hospitales y las cirugías se retrasan hasta seis meses", explicó el experto Mauricio Sarmiento a La Silla Rota.
Encima, añade, el movimiento del gobierno, el cual pretende acumular todos los recursos de salud de los estados en una sola bolsa, ha generado incertidumbre en miles de trabajadores de la salud “que está creando una sensación generalizada de descontento que afecta la calidad y la prontitud de los servicios de salud”. El programa, que sustituyó al fallido Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), necesita al menos el 1% del Producto Interno Bruto (PIB) en recursos adicionales, señala el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), si es que pretende brindar acceso a los servicios de salud a la población más vulnerable.
De acuerdo con los análisis del Instituto Farmacéutico de México (INEFAM), el IMSS-Bienestar necesitará más de 540 mil millones de pesos en presupuesto para atender a los casi 80 millones de mexicanos que se prevén, cifras irreales considerando que actualmente ‘sólo’ cuenta con poco más de 120 mil millones. Más allá de elevadores y derrotas políticas, la crisis de salud de México toma tintes dramáticos.
Fuente: Tribuna