Ciudad de México.- Este sábado 19 de agosto se celebra el Día Mundial de la Fotografía, en recuerdo de aquel 19 de agosto de 1839 cuando la Academia Francesa de Ciencias anunció al mundo la técnica fotográfica conocida como daguerrotipo, que derivó en la fotografía, un arte que continúa desde entonces su desarrollo y consolidación como una de las prácticas profesionales de mayor futuro en el mundo. México ha tenido grandes fotógrafos en la historia.
El 19 de agosto de 1839 fue presentado el daguerrotipo en la Academia de Ciencias de Francia. Con este invento se obtenía una imagen a partir de una placa de cobre recubierta de yoduro de plata que tras ser expuesta a la luz era revelada. Louis Daguerre, por quien obtuvo el nombre el daguerrotipo, mejoró la técnica de la primera imagen fotográfica desarrollada por Joseph N. Niépce.
Fue así como esta técnica abrió el camino a otras nuevas que han permitido llegar a las sofisticadas cámaras actuales, capaces de reproducir imágenes de gran nitidez. Desde 2010, el 19 de agosto se celebra el Día Mundial de la Fotografía, en honor a la disciplina que posibilitó inmortalizar el pasado y generar evidencias importantes para el conocimiento de la historia. A México, el daguerrotipo llegó sólo seis meses después de haberse inventado. En 1839 desembarcó en el puerto de Veracruz, en donde se realizó la primera “imagen dibujada con luz” en el convento de San Francisco.
Durante cerca de 20 años el daguerrotipo fue la técnica más socorrida para hacer fotografía. Sin embargo, su esplendor no duró por mucho tiempo, pues llegaron otros métodos como el ambrotipo, el fermotipo y el colodión húmedo. Fue este último el que tuvo un mayor auge comercial entre 1840 y 1847, pues creó la posibilidad de reproducir en serie la misma imagen.
Para la década de los 30 y 40, en la Ciudad de México surge el fotoperiodismo en revistas ilustradas y entre los trabajos más reconocidos de la época están los de los miembros de la familia Casasola, Enrique Díaz Reyna, Enrique Delgado, Luis Zendejas y Manuel García. No fue sino hasta el movimiento estudiantil de 1968 que la fotografía se convirtió en una herramienta para la denuncia social.
Los fotorreportajes reforzaban la demanda de un equilibrio frente a las injusticias sociales, económicas y políticas. Gracias a ello, los fotógrafos crearon una década después, con un matiz nacionalista, el Consejo Mexicano de Fotografía, como promotor de diversos encuentros internacionales. A partir de entonces, la fotografía de la ciudad poseyó un enfoque estético, enfatizando en la creación de imágenes, el montaje de escenarios y la calidad técnica, como se aprecia en el trabajo de Mariana Yampolsky, Graciela Iturbide, Pedro Meyer y Gerardo Suter.