Cajeme, Sonora.- Después de intensos debates, críticas, defensas a ultranza y una serie de preocupaciones, hoy oficialmente inicia la ‘Nueva Escuela Mexicana’ para todos los niños que ingresan a primero de primaria y a los pre adolescentes que lo hacen a primero de secundaria. No es un asunto menor, pues es el reconocimiento a la influencia de la Cuarta Transformación (4T) en la formación académica de millones de mexicanos. Se trata de una batalla educativa, pero también cultural y política, coindicen los expertos.

En el proceso se ha llegado incluso a hablar de que, a través de los nuevos libros de texto, el gobierno pretende infectar a los menores “con el virus comunista”, como insistieron opinadores de varios medios de comunicación, sobre todo de Televisión Azteca. Pero los verdaderos expertos sí han señalado diversos errores de los libros y del plan en sí mismo, desde ortográficos, históricos, disminución de las matemáticas y la presencia de planteamientos confusos y absurdos.

Para Gilberto Guevara Niebla, reconocido experto que ha sido subsecretario de educación, dijo en entrevista que el nuevo modelo es “un absurdo pedagógico”. “Al mismo tiempo, un planteamiento que está nutrido de dogma, de fanatismo y de política en el sentido más vulgar”, añadió. 

Fernando Mejía Botero, miembro del Centro de Estudios Educativos, reconoció que existe un cambio profundo en el plan de estudios: “es claro que hay en el plan de estudios aprobado en 2022 un cambio de paradigma, de lenguaje y de apuestas, el anterior estaba centrado en el individuo y este pone en el centro a la comunidad”, explica.

Se intenta romper con la tradición didáctica y pedagógica que había seguido el país en los planes anteriores, y coloca como sobreordenador del modelo a la comunidad, no sólo como postura política, sino la comunidad como educadora. Es decir, no sólo educa la escuela”, añade Mejía.

Mejía Botero reconoce que con el nuevo plan las asignaturas pierden fuerza “como las conocemos, pierden fuerza curricular y didáctica. Y ese es el reclamo de los especialistas en didáctica; están en orden jerárquico distinto”. En cambio, Ángel Diaz Barriga, investigador y parte del grupo de expertos que diseñó el modelo, aseguró que la apuesta “es utópica”, pero que hay real interés en que “con el nuevo plan el sistema educativo mejore”. “No hay una mala voluntad al hacer este plan de estudios, ¿hay una propuesta distinta?, ¿muy ambiciosa? Sí, ahora tenemos que verlo funcionando para ir viendo qué aspectos del plan van demandando mejora y cómo hacer. Eso ya le toca a la autoridad educativa”, apuntó en entrevista con medios nacionales.

Hay información que tenemos la SEP y el grupo y los datos que tenemos es que hay aceptación de los docentes. Que hay incertidumbres y es normal, y que en general priva un buen ánimo de intentar esto que es un cambio importante para la educación”, añadió.

Desacuerdo

Hay analistas y expertos que no ven todo perdido. Francisco Cobela Vargas, director de Posgrados de la Escuela de Pedagogía de la Universidad Panamericana, pedagogo y maestro en Dirección de Instituciones Educativas, explica que detrás del plan de estudios y los libros de texto de la NEM, “hay una buena intención que no logra concretarse, quedan en una idea poco clara o confusa y carecen de orden lógico y metodológico”.

Para Cobela, el nuevo modelo “exacerba la dimensión social”, lo cual rompe los paradigmas educativos a nivel mundial, que suelen basarse en el plano individual y no en el colectivo. “La mayoría de los sistemas educativos en el mundo están orientados al desarrollo de competencias y habilidades para el desarrollo individual, profesional, para que las personas puedan contribuir de mejor manera en el entorno social y para favorecer la movilidad social”.

Guevara Niebla ve esto aterrador, pues expone que “su propósito no es formar o desarrollar las cualidades individuales de los alumnos. Aunque en algún punto dicen que lo que quieren es emancipar a los alumnos, también dicen que los alumnos deben comprometerse con su comunidad. Pues son fines muy extraños, porque si a nosotros nos preguntan las cualidades que queremos que los niños y adolescentes tengan, diríamos otra cosa”, afirma.

Fuente: Tribuna