Ciudad de México.- En México pueden desaparecer cinco jóvenes de golpe sin que eso signifique que el sistema político o de seguridad se cimbre. De hecho, datos oficiales y de organismos de la sociedad civil afirman que el promedio de personas que desaparecen es de 27 al día.
Sí, en este país veintisiete individuos se esfuman sin aviso previo y sin, realmente, un modelo de búsqueda, gestión y justicia. La disputa del crimen por los diferentes territorios ha provocado tremenda desgracia.
La Secretaría de Gobernación (Segob) reconoce que hay más de cien mil desaparecidos desde el sexenio de Felipe Calderón a la fecha, y la administración de Andrés Manuel López Obrador es la que más ha sumado a la lista. El tabasqueño prometió acabar con el flagelo, pero en realidad en su gobierno sólo se agudizó.
Dicha mancha no gustó al mandatario, que, de acuerdo con información de medios nacionales e internacionales como El País o el Washington Post, pidió a la Segob, encabezada por María Luisa Alcalde, demostrar que la cifra de desaparecidos es menor a la expuesta por la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB).
Fue precisamente este movimiento el que, de acuerdo con fuentes citadas en diversos medios, obligó a Karla Quintana a renunciar a la titular de la Comisión, pues Alejandro Encinas, subsecretario de Gobernación, le habría sugerido buscar la forma de maquillar los reportes para satisfacer las exigencias de López Obrador.
Al ser cuestionado sobre la frase que Quintana esgrimió en su carta de renuncia (de que se iba “ante el contexto actual”, el presidente dijo que probablemente se debía al censo que se desarrolla “casa por casa” para conocer el “número real” de desaparecidos.
La idea de este censo surgió a principios del mes, cuando en una de sus conferencias matutinas, López Obrador explicó que le “llamó la atención” que se señalara que en su gobierno hay más desaparecidos que nunca. “¡Imagínense, nos comparaban y teníamos más desaparecidos que en la época de la guerra de Calderón! Y lo estaban usando nuestros adversarios. Ya ven que esos están al acecho y no les importa lucrar con el dolor ajeno, son tiempos de zopilotes”, dijo.
Entonces, el mandatario ordenó que los Servidores de la Nación tocaran puerta por puerta y preguntar directamente en las casas cuántos desaparecidos tienen en la familia; el tabasqueño explicó que, si bien el censo tardará tres meses, ya se tienen resultados preliminares que permiten ver que muchos de los reportados como desaparecidos “ya están con sus familias”, pero nunca se actualizaron los datos.
- Inconformes
En julio, los expertos internacionales que investigaban la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, uno de los casos más emblemáticos en el país, decidieron irse del país con la indagatoria trunca, pues aseguraron que las autoridades no cooperaron como debían, al tiempo de bloquear varios de sus esfuerzos.
Luego vino el caso de Quintana, que dejó botada a la Comisión pese a ser la que lideró la construcción de políticas públicas en relación a esto
En medio, no se dejaron de presentar brutalidades como las desapariciones múltiples en Jalisco, los al menos doce cuerpos encontrados dentro de congeladores en Poza Rica, Veracruz o las fosas clandestinas en Sonora, Coahuila o Guanajuato.
Frente a esta realidad, el gobierno federal parece más enfocado en atacar la percepción que en asumir la responsabilidad de los malos resultados", expone Santiago Aguirre, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.
Por su parte, la analista Denisse Dresser dijo que mientras “una persona en México desaparece cada hora, o se descubre una fosa clandestina en dos días la obsesión del presidente es que sus cifras sean menos que las de Calderón”.
El antropólogo y activista Claudio Lomnitz lamenta que en el país los desaparecidos desaparezcan tres veces: “la primera, cuando los levantan, la segunda, cuando las policías y fiscalías ignoran o destruyen evidencias relevantes para su localización y la tercera, cuando el gobierno manipula las estadísticas para lavarse la cara”.
Jacobo Dayan, activista y académico, fue más allá al señalar que además del censo y las presiones contra la Comisión, el gobierno federal ha echado mano de varios gobiernos estatales para que sus fiscalías no envíen la información local de desaparecidos, con lo que el registro no se completa adecuadamente.
“No solo se está realizando un “censo” con fines electorales sin metodología clara para disminuir la cifra de personas desaparecidas, las fiscalías tienen varios meses que no envían información al registro Restar y ya no sumar es la estrategia”.
El lunes, el Comité Eureka se manifestó en las afueras de Palacio Nacional exigiendo un freno a la simulación en la búsqueda y registro de los desaparecidos; esto es significativo pues esta organización fue fundada por Rosario Ibarra de Piedra, activista histórica a la que el presidente le prometió enfrentar el problema de las desapariciones.
112,324 desaparecidos en el sexenio de López Obrador
1903 de ellas desaparecieron en Sonora, de las cuales
408 en Hermosillo
322 Cajeme
224 Nogales
184 Guaymas
Fuente: Tribuna