Ciudad de México.- Si eres residente del Valle de México, es posible que te hayas dejado sorprender por los intensos colores que tanto el atardecer como el amanecer han registrado durante los últimos días. Y es que, durante este primer mes de enero, parece que todo el mundo está observando al cielo, tan solo hay que recordar la nube en forma de nave espacial que se volvió viral hace aproximadamente 1 semana, la cual logró impactar tanto por su tamaño, como por su color.
En redes sociales, como es el caso de X (antes Twitter) o Instagram se pueden observar miles de fotografías captadas por los capitalinos o residentes del Estado de México, la gran mayoría alabando estos espectáculos que la naturaleza nos ha estado brindando en este 2024; sin embargo, la comunidad científica ha hecho un llamado a la población para que eviten romantizar este fenómeno, puesto se tratan de malas noticias a nivel ambiental.
Si bien, desde hace miles de años ha sido normal que los atardeceres se tornen rojizos, la realidad es que estos colores tan intensos no son del todo normales. Según los expertos en la óptica, los rayos del sol suelen tener todos los colores del arcoíris, sin embargo, la atmósfera de la Tierra provoca que predomine el azul, el cual se esparce por todo el cielo, lo que provoca que la gente lo perciba del mencionado tono.
Créditos: X @monsave_87
Esto cambia en el atardecer y amanecer, debido a que la luz del sol se coloca en el horizonte, lo que provoca que atraviese la capa de la atmósfera de una manera mucho más extensa y el 99 por ciento de la luz se dispersa, lo que da la ilusión de que todos los colores desaparecen a excepción del que tiene una mayor longitud de onda, es decir, el rojo, lo que generalmente da una tonalidad mucho más anaranjada y menos intensa que la que suele apreciarse.
Según los expertos, el cielo se ha teñido de un color mucho más rojo por la presencia de calima en la atmósfera, se tratan de partículas sólidas y extremadamente pequeñas que están suspendidas en el ambiente; suelen tratarse de polvo, arena, ceniza y arcilla (de ahí que las zonas desérticas también gocen de este tipo de colores al atardecer). El problema con esta situación es que la constante inhalación de estas partículas pueden traer graves consecuencias a la salud de las personas.
Según declaraciones de los expertos, los amaneceres y atardeceres se vuelven más rojos e intensos según el nivel de polución de la calima, por lo que invitaron a la gente a no dejarse encantar por el espectáculo natural, puesto es un notable reflejo del nivel de contaminación y del cambio climático que el mundo está afrontando hoy por hoy.
Fuentes: Tribuna