Cajeme, Sonora.- En sus tiempos de candidato, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tomaba cualquier bandera que significara ir en contra del régimen en turno; una de ellas fue el caso de los trabajadores de la extinta Mexicana de Aviación, una empresa otrora del estado que, en las manos de Gastón Azcárraga, se fue a la quiebra.
El pleito entre los sindicalizados y los ex dueños de la aerolínea duró años y ya en el poder, López Obrador se comprometió con los sindicalizados en resolver el entuerto, pero no sólo de sus pagos, sino de la forma de cómo devolverles sus empleos. Esta fue una de las motivaciones que tuvo para que, llegado el momento, el gobierno mexicano nuevamente se hiciera cargo de la aerolínea comercial.
Evidentemente, como suele hacerlo desde su óptica militarista, el presidente encargó el proyecto a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que no cuenta ni con el conocimiento administrativo ni empresarial para echar a andar a un negocio tan complejo. Luego de meses de estira y afloja, de buscar aviones y encontrar medianamente las soluciones a la logística que exige, la aerolínea estatizada comenzó sus operaciones… o al menos eso han dado a entender, pese a que los usuarios desconocen, de acuerdo con reportes de los medios nacionales, los procesos, sitios o maneras de encontrar un vuelo.
Terrible ejemplo
El sábado, el periódico Reforma dio a conocer que la aerolínea realizó un vuelo entre la Ciudad de México y Acapulco… con un solo pasajero. Se trató de una aeronave tipo Embraer, con capacidad para 50 personas, que salió el jueves a las 11:50 horas del puerto guerrerense y llegó a tiempo al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Los informes oficiales exponen que, a la par, hubo otro vuelo en la misma ruta que subió a ocho pasajeros; también del AIFA salieron siete personas rumbo a Palenque, Chiapas, además de otro hacia Ciudad Victoria y uno más rumbo a Zihuatanejo que, en ambos casos, trasladaron a nueve personas. Evidentemente la crítica más feroz hacia la decisión gubernamental está en el dinero. La Federación gastó más de 815 millones de pesos para comprar la marca. Para la operación de la aerolínea, a cargo de la Sedena, fueron solicitados más de 8 mil millones de pesos para este 2024.
Faltantes
Al momento, la aerolínea sólo tiene cinco aviones, la mitad de lo que el mismo presidente prometió se tendría para poder competir con las líneas comerciales y abaratar los enormes costos, con el fin de no necesitar subsidios multimillonarios. De acuerdo con la Sedena, en cuatro semanas de operación han sido trasladados más de 15 mil pasajeros a catorce destinos, aunque se prometió que las ciudades a las que volaría serían veinte en su primera etapa.
Esa falta de aviones, de acuerdo con los expertos, pone a la empresa estatizada en un riesgo enorme. La Sedena ha dado a conocer que este año se adquirirán cinco aviones Boeing, pero hasta el momento ni están presupuestados, ni la firma inglesa han recibido la solicitud de fabricación. Con tan solo cinco aeronaves, Mexicana de Aviación aspira a realizar un promedio de 16 vuelos diarios y 448 al mes. Esta meta contrasta con las cifras de sus competidores directos en el mercado, que cientos de aeronaves, tienen una cantidad de vuelos muchísimo más alta.
Por ejemplo, Aeroméxico realiza más de 500 operaciones diarias, es decir, lo que la aerolínea del Estado hizo en un mes; las diferencias son gigantescas. “Sin la flota adecuada y la capacidad para cubrir las rutas anunciadas, este proceso podría llevar varios años. Se estima que la aerolínea podría requerir subsidios durante al menos cinco o seis años más”, dijo Fernando Gómez Suarez, experto en el sector aéreo, a Expansión.
Y el problema, como lo refieren los expertos, es la sangría presupuestal, pues el depende de los subsidios federales pone un arma en la cien: “llegará un momento en el que la empresa deberá ser autosuficiente, al igual que el AIFA, el Aeropuerto Felipe Carrillo Puerto y el Tren Maya”, dijo Luis Crescencio Sandoval, secretario de la Defensa, sin poner una fecha.
No contamos con un plan o modelo de negocio, ni con un plan financiero para esta aerolínea. La gestión gubernamental se caracteriza por su opacidad... Veo esto como un proyecto que continuará siendo subsidiado hasta alcanzar una masa crítica. Sin embargo, con solo cinco aviones y operando en un mes lo que otras aerolíneas realizan en un día, podría llevar años. Destacamos que la falta de información es evidente”, explicó Gerardo Herrera, especialista en el sector, a Reforma.
Fuente: Tribuna