Ciudad de México.- Jorge Ramos, periodista mexicano afincado en Estados Unidos, fue a la conferencia matutina del presidente y se enfrascó con él en un debate sobre la inseguridad que vive el país. Ante los cuestionamientos con datos de parte del presentador de noticias, López Obrador (AMLO) acabó en su argumento preferido: la oposición y los conservadores quieren golpearlo.
“Esa es tu visión y la visión de nuestros opositores. México sí es un país pacífico, los estamos protegiendo (a todos), no nos vamos a poner de acuerdo. Tú eres periodista, yo soy gobernante, tenemos visiones distintas, yo creo que esto (que ha hecho mi Gobierno) es un avance”, expuso el mandatario.
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Mientras Ramos hacía énfasis en la cantidad total de muertos del sexenio, que supera ya cualquier registro histórico, convirtiéndole en el más sangriento desde que hay una contabilización, además del promedio de homicidios dolosos diarios, el presidente aseguró contar con “otros datos”. López Obrador se defendió asegurando que todo depende “de dónde agarres los datos”, pese a que el periodista le dijo en varias ocasiones que se trababa de estadísticas oficiales de su propio gobierno.
Pero fue más lejos al comparar las muertes por la violencia con los infartos y enfermedades del corazón “es la causa número uno de muertes, y lo lamentamos mucho… los homicidios son el octavo motivo de muerte”. También, ya acorralado por Ramos, López Obrador le dijo que lo que realmente le preocupa es la situación de Estados Unidos en relación con el consumo de fentanilo, algo que sí considera una tragedia y no lo que pasa en México: “no, no, una verdadera tragedia y triste lo que pasa es donde tu vives en Estados Unidos que por consumo de fentanilo mueren 100 mil jóvenes al año. No puedes llamar a esto (de México) tragedia”, señaló.
Realidades
Pero más allá de la discusión entre periodista y mandatario, lo cierto es que no, México no es un país pacífico, de hecho, cada vez más territorios se ven envueltos en delitos de alto impacto y en situaciones complejas en materia de seguridad. De acuerdo con el último estudio de la consultora en opinión, Ipsos, 55% de los mexicanos consideran que la inseguridad y la violencia son el peor lastre de su realidad.
En otro ejemplo, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) reveló que hasta 700 mil personas se han visto obligadas a desplazarse de sus lugares de origen a cause de la violencia. Esto confirma la situación crítica en el sureste mexicano, en donde ni los turistas se salvan, ya que decenas de zonas arqueológicas y naturales ya no se pueden visitar, ya que el crimen organizado las controla.
De acuerdo con reportes del propio Instituto Nacional de Antropología e Historia, ni siquiera sus trabajadores pueden ya acceder a sitios tan relevantes como Bonampak, en un Chiapas maniatado por el crimen. Al mismo tiempo, los transportistas preparan varias manifestaciones multitudinarias; hartos de los asaltos, los secuestros y el cobro de piso, exigen que las autoridades federales recuperen el control de decenas de tramos carreteros, hoy en poder del crimen.
Negación
A principios del mes, el presidente López Obrador insistió un día sí y otro también, en que su gobierno no “permite masacres”, pero la organización Causa en Común reveló que del 1 de enero de 2020 al 16 de diciembre de 2023 se han registrado por lo menos dos mil 130 de éstas. En diciembre de 2023 Causa en Común presentó el informe “Galería del horror, atrocidades registradas en medios”, en el cual se hizo un recuento de enero a septiembre de 2021, en 3 mil 126 notas periodísticas, “sobre eventos que pueden catalogarse como atrocidades”: suman cuatro mil 93 hechos violentos y seis mil 314 víctimas.
La misma organización civil, en su informe “Galería del horror, atrocidades registradas en medios” en el cual se hizo un recuento de enero a septiembre de 2021, en 3 mil 126 notas periodísticas, “sobre eventos que pueden catalogarse como atrocidades”: suman cuatro mil 93 hechos violentos y seis mil 314 víctimas.
Entre las atrocidades de dicho periodo se cuentan 418 masacres, 502 fosas clandestinas, 640 casos de mutilación, descuartizamiento y destrucción de cadáveres, 310 calcinamientos, 800 torturas, 290 asesinatos de niños y adolescentes, 341 asesinatos de mujeres con crueldad extrema, 16 asesinatos de defensores de derechos humanos, siete de periodistas y 34 de personas de grupos vulnerables.
Fuente: Tribuna