Ciudad de México. - El gobierno de México, cuando estuvo liderado por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presentó el "modelo mexicano de movilidad humana", la cual fue una nueva estrategia migratoria diseñada para abordar la crisis migratoria que afectó a América del Norte. La medida llegó en un contexto de crecientes tensiones migratorias entre México y Estados Unidos y ante las amenazas de redadas masivas anunciadas por el candidato republicano Donald Trump. El modelo, que fue liderado por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) bajo la titularidad de Alicia Bárcena, estableció la creación de vías seguras de movilidad laboral, protección para migrantes y la regularización de mexicanos indocumentados en el exterior.
Además, uno de los objetivos principales de la nueva estrategia fue facilitar la regularización de mexicanos indocumentados en Estados Unidos, donde residen cerca de cinco millones de migrantes en esta situación. Para lograrlo, el gobierno de AMLO buscaba estrechar el diálogo con Washington, a pesar de que las iniciativas de reforma migratoria en Estados Unidos enfrentaron fuertes bloqueos en el Senado.
El plan también buscó brindar apoyo a los jóvenes beneficiarios del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), cuyas raíces ya están en el país vecino. Bárcena en ese entonces señaló la importancia de ofrecer respaldo legal y emocional a este grupo, en medio de la incertidumbre sobre el futuro de DACA, actualmente en manos de la Corte Suprema de Justicia.
Además de los mexicanos en el extranjero, el modelo migratorio incluyó un componente importante de atención para los migrantes en tránsito. Y es que en los últimos años, México ha experimentado un incremento histórico en solicitudes de refugio, por lo que, a través de esta iniciativa, buscó otorgar permisos de trabajo y visas humanitarias a los migrantes para su integración al mercado laboral formal. Asimismo, se implementó una “ficha única de registro”, que estaba destinada a migrantes para facilitar su identificación y el seguimiento de sus solicitudes. Este proceso lo que buscaba era ordenar la movilidad, aunque los críticos señalaron que el éxito dependía de los recursos asignados a su gestión y a la infraestructura necesaria.
El gobierno mexicano insistió en la necesidad de una cooperación regional para abordar la crisis migratoria. En la presentación del modelo, Bárcena instó a Estados Unidos a trabajar en conjunto y a destinar fondos para proyectos de desarrollo en Latinoamérica.
López Obrador buscó sentar las bases de un enfoque migratorio diferente, aunque las promesas de regularización y apoyo a migrantes fueron reiteradas sin lograr grandes avances en su administración. Finalmente hay que decir que ese nuevo modelo retomó principios de su plan de 2018, enfatizando el respeto y el trato humano a los migrantes.
Fuente: Tribuna