Ciudad de México. - México, país que es el principal socio comercial de Estados Unidos desde 2023, enfrenta un desafío crucial tras el anuncio del presidente electo Donald Trump sobre la posible imposición de aranceles de hasta el 25 por ciento a las importaciones provenientes de México, Canadá y China. Esta medida, de concretarse, podría trastocar la estabilidad del comercio en América del Norte y afectar gravemente a sectores clave de la economía mexicana.
En 2023, el comercio bilateral entre México y Estados Unidos alcanzó cifras récord, consolidando a México como el principal exportador a su vecino del norte, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía (SE). Aproximadamente el 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos, lo que refleja la dependencia crítica de la economía mexicana hacia esta relación comercial.
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Entre los productos más importantes que México exporta a Estados Unidos se encuentran vehículos, componentes electrónicos, frutas y bebidas alcohólicas. Estos bienes, valuados en 200 mil millones de dólares, representan el 46 por ciento de todas las exportaciones mexicanas y constituyen pilares esenciales para la economía nacional.
Sectores clave bajo amenaza
Sector automotriz
El sector automotriz, líder en las exportaciones mexicanas, podría ser el más afectado. Empresas como Ford, General Motors y Stellantis dependen en gran medida de plantas mexicanas para fabricar vehículos a precios competitivos. De acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), los aranceles propuestos encarecerían significativamente los automóviles fabricados en México, afectando tanto a las armadoras estadounidenses como a los consumidores en ambos países.
Agricultura
El sector agrícola también está en riesgo. México es el principal proveedor de frutas y vegetales frescos para Estados Unidos, con exportaciones valoradas en 12 mil millones de dólares en 2023, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Productos como aguacates, tomates y berries podrían sufrir aumentos de precios, perjudicando a los productores mexicanos y a los consumidores estadounidenses.
Bebidas alcohólicas
La exportación de bebidas alcohólicas, especialmente tequila y cerveza, generó ingresos por tres mil 500 millones de dólares en 2023. Este sector, que representa una parte significativa del comercio bilateral, podría experimentar caídas en las ventas debido al encarecimiento de los productos.
Además de televisores y dispositivos electrónicos, computadoras y accesorios, maquinaria y equipo industrial, productos de panadería y confitería, muebles y electrodomésticos.
Más allá de México, las cadenas de suministro estadounidenses también enfrentarían graves consecuencias. La integración de ambos mercados ha permitido la producción eficiente de bienes como electrónica, maquinaria y automóviles. La imposición de aranceles podría desestabilizar este equilibrio, aumentando costos operativos y reduciendo la competitividad de las empresas estadounidenses en el mercado global.
Hay que indicar que el gobierno de México ha respondido con firmeza a las amenazas. En una reciente conferencia de prensa, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, subrayó que los aranceles afectarían principalmente a las empresas estadounidenses que operan en México. “Lo que se está planteando es gravar a las propias compañías norteamericanas que producen en México”, afirmó Ebrard.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum enfatizó la necesidad del diálogo para evitar una guerra comercial que perjudique la estabilidad del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Durante una llamada con Trump, Sheinbaum destacó los esfuerzos del gobierno mexicano para abordar temas como la migración irregular y el combate al tráfico de fentanilo, que el presidente electo ha vinculado con los posibles aranceles.
La amenaza de aranceles pone en riesgo una relación comercial histórica y estratégica para ambas naciones. Si bien el gobierno mexicano ha expresado su disposición al diálogo, el impacto potencial de esta medida podría tener repercusiones duraderas en sectores fundamentales de la economía y la estabilidad del comercio en la región. Con las negociaciones en curso, el desenlace sigue siendo incierto, pero la colaboración entre ambas naciones será clave para mitigar los efectos negativos de este conflicto comercial.
Fuente: Tribuna